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¿Alguna vez has escuchado hablar del síndrome del bebé sacudido?
Especialista en trauma pediátrico, explica que solo bastan cinco segundos para provocar daño cerebral en el infante.
El síndrome del bebé sacudido (SBS, por sus siglas en inglés), también conocido como trauma craneal abusivo, es una forma grave de maltrato infantil.
Esto ocurre cuando un bebé o niño pequeño es sacudido o “zarandeado” violentamente, lo que puede provocar lesiones cerebrales graves, daños en la médula espinal e incluso la muerte.
“Solamente basta cinco segundos de sacudir a un bebé para provocarle un daño cerebral incluso años después”, afirma la Dra. Esther Seoane, médico especialista en trauma pediátrico.
Este síndrome, según la experta pasa en varios momentos, “muchas veces cuando queremos darles cariño excesivo a los bebés o cuando nos enojamos o nos desequilibramos emocionalmente, desquitando la ira en los infantes”.
¿Qué le pasa al cerebro del bebé?
Seaone menciona que hay que tener en cuenta el desarrollo propio de los bebés: el cuello tiene músculos que sostienen el cuello, la columna cervical, cabeza y cráneo.
“Estos músculos en los adultos y niños más grandes están fortalecidos, por ello logramos mantener el cuello firme; sin embargo, en los niños menores de 6 meses no sucede eso, porque son débiles”, agrega.
El hecho de que el cerebro se sacuda y se golpee hace dos cosas: primero, que las neuronas que están en el niño mueran, por tanto, menos neuronas, menos desarrollo y como segundo los vasos sanguíneos al golpearse se rompen y hacen que con el tiempo los niños tengan problemas de conducta y aprendizaje.
La experta señala que cuando se sacude al bebé, el cerebro dentro de la bóveda craneal se mueve hacia adelante y hacia atrás o hacia los lados, en dependencia de donde lo estemos zarandeando.
Al moverse el cerebro pega contra estos huesos, lo que provoca una serie de acontecimientos dentro del cerebro que dan paso luego a todos los síntomas que pueden aparecer.
Síntomas varían
Los síntomas son muy variados, pueden ir desde algo simple hasta la muerte.
“Muchos de los niños con este síndrome pueden no tener síntomas visibles, pero si pueden presentar ojo morado, se le puede ver algún hematoma en la piel o en la cara debido a la sacudida, pero en la gran mayoría de las ocasiones no se logra ver nada. Son síntomas que comienzan a aparecer incluso hasta cuando el niño comience en la escuela”, resalta la especialista.
Afirma que el 80% de los niños que sufren el SBS sobreviven, pero con varias secuelas que son difíciles de detectar.
“De manera general, en los casos severos podemos ver hematomas en la cara o cuerpo cuando estos han sido maltratados anteriormente, y se puede ver irritabilidad”, indica.
Otro punto es que puede haber letargo, es decir, el bebé no se comporta como es normalmente, puede haber problemas a la hora de dormir, problemas respiratorios, e incluso convulsiones las cuales pueden ser inmediatas o tardías, que pueden ser que al cabo de uno o dos años el niño comience a presentarlas.
Ante ello, podemos destacar que el SBS generalmente se produce cuando un padre o cuidador, frustrado por el llanto constante del bebé u otras razones, sacude al niño con fuerza.
Los bebés tienen músculos del cuello débiles y sus cabezas son relativamente grandes y pesadas en comparación con el resto de sus cuerpos.
Cuando un bebé es sacudido, su cerebro se mueve bruscamente dentro del cráneo, lo que puede causar contusiones, hinchazón, hemorragias y, en algunos casos, daños permanentes o mortales.
Poder detectar el SBS es algo complejo, ya que los padres o cuidadores no aceptan haber maltratado a sus hijos. Sin embargo, este síndrome es completamente prevenible y su conocimiento es crucial para evitar tragedias. Prevenir el síndrome del bebé sacudido requiere un esfuerzo conjunto y consciente de todos los involucrados en el cuidado del bebé.
La clave está en la educación, el apoyo y la implementación de estrategias efectivas para manejar el estrés y la frustración.
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