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Síndromes nefrítico y nefrótico: una alerta para la salud renal
Ambos pueden afectar a personas de cualquier edad, y en casos graves, llevar a la insuficiencia renal.
Los síndromes nefrítico y nefrótico representan dos manifestaciones clínicas graves de daño renal, que pueden desarrollarse rápidamente y, si no se tratan a tiempo, derivar en insuficiencia renal y requerir diálisis.
Según el nefrólogo Dr. Osman López, estos síndromes "son características de signos y síntomas que el paciente va presentando a lo largo de la vida", aunque también pueden surgir de forma aguda.
"Esto puede darle a cualquier persona", explica el especialista, pero los que tienen enfermedades crónicas como insuficiencia renal, diabetes o hipertensión son más propensos, llegando al extremo de poder caer en diálisis en menos de un año o incluso en tres meses. En niños, esto puede suceder en menos de un mes.
Además, ciertos virus como el coronavirus, la hepatitis B y C, y el VIH pueden desencadenar inflamación en los riñones que desemboca en síndrome nefrítico, detalla el Dr. López.
Síndrome Nefrótico: Edemas y pérdida de proteínas
El síndrome nefrótico se caracteriza por una intensa inflamación o edemas. En esta condición, los filtros del riñón (glomérulos) están dañados, y como resultado dejan pasar proteínas al orinar, especialmente la albúmina, que es esencial para mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo.
Esta pérdida genera baja concentración de proteínas en sangre (hipoalbuminemia), lo que a su vez causa edema o hinchazón, ya que el líquido se escapa de los vasos sanguíneos hacia los tejidos.
“En un inicio puede ser en los párpados o tobillos, pero cuando progresa, el paciente se inflama de pies a cabeza”, fenómeno conocido como anasarca.
Una de las señales más claras es la pérdida masiva de proteínas en la orina. “Nosotros debemos orinar 150 miligramos en todo el día. En este caso, el paciente nefrótico orina 3,000 miligramos, es decir, casi más de 10 veces lo normal”, advierte.
Síndrome Nefrítico: Sangre en la orina
Aquí, el daño también es en los glomérulos, pero la característica principal no es la pérdida de proteínas, sino la presencia de sangre en la orina (hematuria), junto con hipertensión y una función renal disminuida.
Puede haber algo de pérdida de proteínas, pero no tan marcada como en el nefrótico. “El paciente puede ver el chorro de sangre, muy rojo u oscuro”, describe el especialista.
Este síndrome es especialmente común en niños, muchas veces tras una infección de garganta, ocurre en episodios de faringoamigdalitis, donde se afectan las amígdalas, posteriormente el torrente sanguíneo y llega a los riñones. Aquí el niño empieza a orinar sangre, eleva la creatinina y se inflama, explica.
Ambos síndromes pueden evolucionar hacia una insuficiencia renal crónica y cualquiera de los dos síndromes puede llevarte a diálisis, asegura López, "pero la más peligrosa es el nefrítico, donde se debe actuar rápido. Si el paciente empieza a orinar sangre, se debe actuar inmediato y evitar llegar a diálisis”, concluye el nefrólogo.