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Narcisismo parental: cuando el ego de los padres silencia la voz de los hijos

Puede llegar a afectar profundamente el desarrollo psicológico y su identidad.


El narcisismo parental es una forma sutil, pero profunda de abuso emocional que muchas veces pasa desapercibida en la dinámica familiar.

Según el Lic. Manuel Ordóñez, psicólogo clínico, este fenómeno ocurre “cuando los padres predisponen y hacen una antesala de sus propias necesidades, es decir, se priorizan por encima de las demandas emocionales, sociales u otras en sus hijos”.

Este patrón de comportamiento se manifiesta en una necesidad de control desproporcionado sobre la vida de los hijos.

“Toman el dominio completo y tienen control total, imponen decisiones, por ejemplo, elegir la carrera universitaria porque ellos no lograron hacerlo”, explica el especialista. En estos casos, los padres no solo proyectan sus frustraciones, sino que además anulan la individualidad de sus hijos.

Una de las revelaciones más impactantes que hace el especialista es que, en muchos casos, los padres llegan incluso a sentir envidia de los logros de sus hijos. “No ven y valoran sus logros”, afirma, lo cual impide la validación emocional que los hijos necesitan para construir una identidad saludable.

Consecuencias psicológicas

Las consecuencias psicológicas de este tipo de crianza son severas. Según el psicólogo, el narcisismo parental puede generar “frustración personal, ansiedad, depresión y despersonalización”, dejando una marca traumática en la psiquis del hijo o hija.

En palabras del especialista, el narcisista parental actúa bajo la lógica de que “el centro de todo soy yo”, desplazando completamente el bienestar y desarrollo emocional del otro.

Reconocer esta problemática es el primer paso para romper con patrones familiares dañinos y permitir relaciones más sanas y respetuosas.