
Referencial
Parto humanizado prioriza las decisiones de la mujer
Este contempla la posibilidad de que la mujer esté acompañada por un familiar o su pareja.
El modelo de parto humanizado, promovido en Nicaragua desde hace varios años, pone en el centro a la madre y al recién nacido, priorizando sus derechos, decisiones y necesidades físicas y emocionales durante el proceso de dar a luz.
Esta práctica contempla, entre otros aspectos, la posibilidad de que la mujer esté acompañada por un familiar o su pareja en la sala de partos, lo cual le proporciona seguridad y confianza, especialmente si es primeriza.
“La paciente puede elegir con quién quiere estar acompañada, debe estar clara de las cosas que le van a suceder y sentirse segura en ese momento tan importante”, explicó la ginecóloga obstetra Kenia Álvarez, quien subraya que el acompañamiento contribuye a reducir la ansiedad de la madre, ya que el personal médico no siempre es el mismo que realizó el control prenatal.
La especialista señala que, además del acompañamiento, el parto humanizado incluye el respeto por la posición que la mujer desea adoptar para el alumbramiento.
Aunque la forma más habitual en Nicaragua es la posición semisentada, también se puede optar por otras, como en cuclillas, siempre que se cuente con el respaldo del equipo médico. “El parto bajo el agua no se practica acá por falta de condiciones”, precisó Álvarez.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha expresado que el parto no debe ser una experiencia traumática, sino una vivencia de amor, respeto y acompañamiento.
En Nicaragua, este enfoque se formalizó en 2010 con la “Norma de Humanización del Parto Institucional”, aplicable tanto en hospitales públicos como privados, aunque su implementación puede variar según el espacio disponible y la cantidad de madres.
“En los hospitales del Ministerio de Salud se está optando por fomentar el parto humanizado. A veces hay limitaciones en los hospitales del seguro o en los mismos del Minsa por la cantidad de pacientes, pero en el sector privado es más flexible; si la paciente desea estar con su pareja o un familiar, se le permite entrar”, agregó.
La especialista también destacó que esta práctica incluye el fomento del apego precoz, es decir, colocar al recién nacido sobre el pecho de la madre inmediatamente después del parto, independientemente de si fue vaginal o por cesárea.
“Es importante que la mujer reciba información clara durante el embarazo, se le respete la privacidad, se le garantice una alimentación adecuada y que se sienta libre de elegir cómo quiere vivir su parto. Se trata de que la madre y el bebé reciban una atención digna y centrada en sus necesidades”, concluyó.