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¿Cómo mejorar la relación de pareja siendo padres?

Una de las claves para fortalecer la unión es conocer y respetar los lenguajes del amor de cada uno.


Uno de los estereotipos más comunes en torno a la maternidad es la creencia de que la vida de los padres debe girar exclusivamente alrededor de los hijos, lo que frecuentemente provoca un desequilibrio entre el bienestar personal, familiar y social.

A menudo se pierde de vista el presente y se olvida que cada etapa en la vida en pareja es dinámica y evoluciona con el tiempo. La psicóloga Johanna Monjarrez resalta la importancia de reconocer en qué fase de la crianza se encuentran.

“No es lo mismo criar a un adolescente que cuidar a un bebé de pocos meses”, añade. Dependiendo de ese contexto, la vida cotidiana con la pareja puede y debe ajustarse.

Este fenómeno es especialmente común en padres primerizos, quienes tienden a centrar toda su atención en el hijo, dejando de lado otros aspectos esenciales de su vida. Además, es fácil caer en comparaciones innecesarias.

Monjarrez subraya que la experiencia de maternidad de una amiga no necesariamente se asemeja a la propia. Cada persona vive este proceso desde una perspectiva única, influenciada por sus creencias, valores, actitudes y entorno.

La crianza, por tanto, es un camino personal, no un ejercicio de comparación.

Modelos de los hijos

Una frase que suele escucharse con frecuencia entre parejas es: “quisiera que nuestra relación fuera como antes”. Este tipo de comentarios, aunque comprensibles, pueden ir desgastando la conexión.

Toda relación atraviesa transformaciones, y es natural que tu pareja no sea la misma persona que hace cinco años. El cambio es parte del crecimiento.

La psicóloga Marcela Miranda resalta que “somos el reflejo de lo que nuestros hijos serán”, subrayando que la maternidad es solo una faceta de nuestra identidad.

Por eso, dedicar tiempo a uno mismo no solo es válido, sino necesario. La crianza no debe convertirse en un obstáculo para alcanzar tus propias metas o cultivar tus sueños.

Mantener una comunicación clara, constante y empática en la pareja, más allá del rol de padres, es vital para comprender las necesidades del otro. A veces se prioriza lo que uno siente, pero se olvida escuchar lo que el otro piensa o desea.

Una de las claves para fortalecer la relación es conocer y respetar los lenguajes del amor de cada uno. Mientras que una persona puede sentirse amada a través de los actos de servicio, otra puede valorar más el contacto físico. Al identificar estas diferencias, se construye una convivencia más armoniosa, incluso en medio de la rutina diaria.