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Anemia, los riesgos y peligros para la salud
La anemia ferropénica es la más frecuente y causada por deficiencia de hierro, afirma hematóloga.
La anemia no es simplemente una enfermedad, sino un síndrome que puede tener múltiples causas y consecuencias, afectando a toda la población sin distinción de edad, sexo o condición social.
Así lo explica la Dra. Yubelka Baltodano, hematóloga, quien recalca que “la anemia no hay que verla como una enfermedad aislada, más bien se considera un síndrome, ya que puede estar relacionada con una serie de enfermedades subyacentes”.
Según Baltodano, “la anemia ocurre cuando hay una cantidad insuficiente de glóbulos rojos o hemoglobina en la sangre, lo que limita el transporte de oxígeno a los tejidos del cuerpo”.
Esto provoca síntomas como mareos, palpitaciones, debilidad, caída del cabello, uñas frágiles y palidez. En algunos casos, los pacientes desarrollan antojos inusuales como “ganas de comer arroz crudo, espagueti crudo, papel, tierra o hielo”, señala.
Clasificación de las anemias
La anemia puede clasificarse por su causa, origen genético o evolución en el tiempo
Están las anemias congénitas, son aquellas con origen genético, como la anemia de células falciformes o talasemias.
“El paciente ya viene predispuesto”, explica la doctora. Suelen detectarse en la infancia y requieren seguimiento especializado.
Anemias por pérdidas: Estas se deben a sangrados, ya sean visibles o internos. “Son las de sangrados, miomatosis, sangrados digestivos, menstruales o incluso parásitos, sobre todo en niños”, comenta la especialista.
En mujeres, los ciclos menstruales intensos pueden ser una causa frecuente.
Anemias por carencias nutricionales: Este es el tipo más común. “Según la OMS, la anemia ferropénica es la más frecuente, causada por deficiencia de hierro, y también se puede presentar por carencia de vitamina B12”, aclara la doctora. Una dieta pobre, mal equilibrada o el consumo de alimentos que bloquean la absorción de nutrientes, como la leche o gaseosas, contribuyen a su aparición.
Y están las anemias asociadas a enfermedades crónicas: Se presentan junto con afecciones como el cáncer, lupus, hipertensión o diabetes. Su presencia puede empeorar el pronóstico de la enfermedad de base.
Otras formas de clasificar
Otra forma de clasificar la anemia es por su duración. La aguda aparece de forma repentina, generalmente por hemorragias o infecciones graves. Persistente que no mejora en semanas o meses a pesar del tratamiento inicial.
Y crónica que dura más de un año sin mejoría. “Las crónicas son aquellas que ya llevan más de un año y el paciente no mejora”, advierte la hematóloga.
El primer paso es realizar una biometría hemática para identificar el nivel de hemoglobina. Sin embargo, la doctora enfatiza que “es necesario realizarle todo el protocolo: medir el hierro, ferritina, eritrocitos, entre otros para conocer el tipo y la causa de la anemia”. Solo así se puede ofrecer un tratamiento adecuado.
Prevención y hábitos saludables
Para prevenir la anemia, la Dra. Baltodano recomienda una alimentación balanceada, rica en hierro, vitamina C y B12, y desparasitarse cada 6 meses, especialmente en niños y adolescentes. También sugiere evitar alimentos que inhiben la absorción del hierro.