
Referencial
Enfermedades renales en niños, una condición que puede estar presente desde el nacimiento
Los problemas renales no son exclusivos de los adultos, afirma pediatra.
Las enfermedades renales en la infancia presentan características particulares que las diferencian de las que se dan en adultos. Según la Dra. Alba Iris Parrales, pediatra, “en esta etapa, los riñones aún se encuentran en desarrollo, lo que los hace más vulnerables frente a ciertas condiciones, especialmente aquellas de origen hereditario”.
Estas afecciones pueden presentarse desde el nacimiento hasta la adolescencia y tienen origen genético o se desarrollan durante la gestación.
Entre las más frecuentes, Parrales menciona malformaciones congénitas, riñón único (también conocido como riñón monorreno o riñón solitario), acumulación de líquido en la pelvis renal, riñón multiquístico, infecciones febriles de vías urinarias, cálculos renales y diversas obstrucciones del sistema urinario.
Principales síntomas
Los síntomas pueden ser sutiles al principio, pero es fundamental estar atentos a señales como: náuseas y vómitos frecuentes, pérdida de peso y disminución en la talla esperada para la edad, malestar general persistente, cambios en la orina: menor cantidad, color amarillo pálido, oscuro o espumoso.
La función principal del riñón es mantener el equilibrio entre los nutrientes y los desechos del cuerpo. Por eso, cuando falla, todo el organismo se ve afectado.
En cuanto a la prevención y manejo, la doctora destaca la importancia de una buena hidratación y alimentación: “El niño debe ingerir más líquidos como agua o suero oral, en lugar de gaseosas o jugos embotellados”, recomienda la especialista.
Además, alerta sobre los riesgos de una dieta alta en sodio: “Una dieta rica en sodio, aproximadamente 2 gramos al día, es necesario, pero puede ocasionar edemas, obesidad, hipertensión o incluso diabetes infantil si se sobrepasa ese límite”, agrega.
Las enfermedades renales en niños requieren detección temprana, un seguimiento adecuado y cambios en el estilo de vida para mejorar la calidad de vida de los pacientes. La orientación pediátrica y el acompañamiento familiar son claves para un desarrollo saludable.