
Referencial
Refugios emocionales para estos días de lluvia
El hogar puede volverse más que un lugar para habitar.
En estos días donde la lluvia lo cambia todo, es que el hogar puede volverse más que un lugar para habitar, en un abrigo emocional para abrazar.
Es a través de esos pequeños gestos conscientes que podemos ser capaces de sostener el equilibrio interior.
Cuando la lluvia hace que las calles se vuelvan espejos temblorosos, los techos se conviertan en una especie de tambores íntimos. Es el preciso momento que necesitamos para reconocer, que no solo se trata de agua cayendo del cielo como un efecto natural que aparece en ciertas temporadas, sino que es una llegada significativa que puede conectar con un determinado estado del alma.
Por eso es fundamental diseñar espacios que dialoguen con la lluvia, más allá de la decoración estilística, percibiendo la sensibilidad de adentro cuando afuera todo se apaga.
Elementos claves para convertir espacios simples en refugios emocionales:
Los días lluviosos piden suavidad y los textiles son el lenguaje táctil del consuelo implementado en las mantas de lana sobre el sofá, cojines de lino desgastado o terciopelo envejecido, alfombras que reciben los pies como un masaje relajante.
La iluminación en días grises debe ser proyectada con puntos de luz tenues, cálidos (de focos amarillos), difusos y casi confidenciales.
La inclusión de lámparas de mesa con pantallas de tela, luces, ámbar, velas (reales o eléctricas) pueden representar pequeños fuegos internos que estimulan el susurro de la casa en vez de gritarlo.
¿Sabías que puedes decorar con los sonidos de la lluvia? Una ventana que deje oír el sonido natural de la lluvia, acompañada una silla neutral o mecedora que rechine suavemente, puede amplificar los pequeños ritmos pluviales como una lista de reproducción lenta, instrumental o con un toque de privacidad.
Los colores son un medio de transmisión sentimental que requiere de una selección cuidadosa para respirar la calma, y evitar el agobio; desde pintar una pared hasta cubrir pequeñas pinceladas en ciertas superficies con tonos tierra, grises suaves, verdes, musgo o azul tormenta, ya que evocan la naturaleza bajo el agua.
Podemos crear espacios de reposo donde la tristeza no asuste, donde la melancolía encuentre un abrazo, donde encontremos un sustento con lo que más nos guste.
Los pequeños rincones de pausa son esenciales para convertirse en rituales de meditación, son un recogimiento en medio de la cotidianidad, complementados de libros, una taza de té o café caliente, plantas ornamentales que brillen bajo la lluvia, los cuales pueden ser dedicados como los nuevos altares del descanso emocional.
Decorar para los días de lluvia, es una forma de preparar lo habitual con una intención de dulzura personal. Permitiéndonos sentirlo todo con el alma para satisfacer cada uno de nuestros sentidos sensoriales.
Arq. Débora Michelle Mendoza Peralta
Coaching en Interiorismo
Tienda decorativa Destudio