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Invierno podría favorecer las infecciones por hongos

El uso de calzado cerrado que no permiten la transpiración del pie contribuye a la aparición de infecciones.


El incremento de la humedad durante la temporada de lluvias genera condiciones propicias para la proliferación de infecciones en la piel provocadas por hongos, como el conocido “pie de atleta”.

Esta afección, aunque común, puede convertirse en un serio problema de salud si no se trata a tiempo, especialmente en personas con enfermedades crónicas.

El médico internista Neri Olivas explicó que durante el invierno se combinan factores como la humedad y la falta de ventilación, que permiten el crecimiento de hongos oportunistas en la piel.

Indicó que el pie de atleta afecta principalmente los espacios entre los dedos del pie y que es más riesgoso para personas con diabetes, obesidad o sistemas inmunológicos debilitados.

Según Olivas, “estos hongos aprovechan las condiciones del ambiente para desarrollarse, y si no se tratan adecuadamente pueden profundizarse, causar infecciones severas e incluso derivar en una amputación en pacientes diabéticos”.

Factores que afectan

El uso de calzado cerrado, botas de hule y zapatos que no permiten la transpiración del pie son, según el especialista, factores que contribuyen a la aparición de estas infecciones, sobre todo cuando las personas trabajan en ambientes húmedos, caminan entre lodo o mantienen los pies mojados por muchas horas.

Por su parte, el médico general Jorge Manzanares señaló que el pie de atleta, también conocido como tiña pedis, es una infección muy contagiosa, que puede transmitirse por contacto con superficies húmedas como piscinas o duchas, así como al compartir objetos personales.

Manzanares afirmó que durante el invierno los casos tienden a aumentar, debido a que la humedad favorece la propagación del hongo.

“Es fundamental mantener los pies secos y limpios. Muchas veces las personas pasan todo el día con los pies mojados tras caminar bajo la lluvia o pisar charcos, lo que facilita el desarrollo del hongo”, explicó.

Ambos médicos coincidieron en que los primeros síntomas suelen incluir picazón, enrojecimiento, descamación de la piel y, en casos más avanzados, fisuras o grietas que pueden dar lugar a infecciones bacterianas.

El tratamiento oportuno con medicamentos antifúngicos de uso tópico, como el clotrimazol, puede resolver la infección si se actúa desde las primeras señales. Sin embargo, cuando no se trata, el problema puede agravarse, especialmente en personas con el sistema inmunológico comprometido, como pacientes con VIH, cáncer, afecciones hepáticas o cardíacas.

Olivas recomendó que, ante cualquier señal de infección, los pacientes acudan al médico. Recordó que en Nicaragua existen consultas gratuitas en centros de salud y en el Centro Nacional de Dermatología, por lo que no se debe postergar la atención.

Tanto Olivas como Manzanares insistieron en que este tipo de infecciones son prevenibles si se mantienen prácticas de higiene adecuadas. Aunque afectan a personas de todas las edades, los adultos con enfermedades crónicas deben estar especialmente atentos.

La vigilancia médica oportuna, el cambio de calzado al llegar a casa y el cuidado diario de los pies pueden marcar la diferencia entre una afección leve y una complicación mayor.