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Menstruación precoz en niñas, una etapa delicada que requiere atención

Dolor, debilidad y anemia son algunos de los riesgos asociados a una menarca precoz.


La menstruación, conocida como menarca cuando se presenta por primera vez, representa un hito importante en la vida de una niña, ya que marca el inicio de su transición hacia la adolescencia y la madurez reproductiva.

Según la Dra. Isaura Lemus, hemato-oncóloga pediatra, “la menstruación es una etapa muy importante donde la menor dejó de ser niña para convertirse en una mujer”. Este proceso, sin embargo, puede resultar complejo, especialmente cuando ocurre de manera precoz.

No se trata solo de un cambio físico evidente, sino de una transformación interna que también afecta el equilibrio emocional y mental.

“Es una etapa difícil porque no solo están cambiando físicamente, sino que hormonalmente. Estas hormonas hacen cambios a nivel cerebral, lo que provoca cambios de humor”, señala la especialista.

Síntomas

Uno de los aspectos más delicados de la menarca temprana es el sangrado abundante que puede presentarse en las primeras menstruaciones.

Muchas niñas experimentan reglas prolongadas, superiores a los ocho días, lo que puede generar consecuencias como debilidad extrema, palidez, desmayos, e incluso anemia severa.

“Con un sangrado vaginal de más de 8 días, incluso puede verse necesaria una transfusión”, explica Lemus. Los síntomas más comunes incluyen dolor abdominal, mareos, palidez mucocutánea y falta de energía.

No se debe normalizar

La especialista enfatiza que no se debe normalizar ningún ciclo menstrual que supere los ocho días en niñas o adolescentes. En estos casos, es vital investigar las posibles causas, ya que podrían estar relacionadas con trastornos de coagulación, desequilibrios hormonales o síndrome de ovario poliquístico.

En ese sentido, el acompañamiento médico es fundamental. “Ante cualquier irregularidad, se recomienda acudir al pediatra, quien podrá derivar a la paciente a un especialista en ginecología infantil, endocrinología o medicina reproductiva”, agrega la doctora.

Por otro lado, es importante saber que en los primeros dos o tres años posteriores a la menarca es común que los ciclos no sean regulares.

Puede haber menstruaciones muy cortas, poco abundantes o incluso periodos prolongados sin sangrado. Esto se considera parte del proceso normal de maduración del eje hormonal.

“El cuerpo se está organizando el proceso de hormonas y puede ser inmaduro, los primeros dos o tres años puede que no sean regulares. Puede haber ciclos de dos días o poquitos o suspenderse por varios meses, pero eso es normal”, finaliza Lemus.