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La crianza desde la empatía evita generar heridas emocionales en los hijos

La forma en que se les corrige y guía en su infancia tiene un impacto emocional duradero.


Cuando como adulto, se corrige desde el enojo o se le señalá a los hijos las debilidades desde la inconsciencia y no desde la razón, podrías estar causándole heridas a los menores y lastimando al resto de tu entorno.

Ciertamente, los factores de crianza con los que fueron educados, los hoy adultos, juegan un papel preponderante. Desde la madurez, es necesario identificar aquellos patrones que puedan ser nocivos y que muchas veces, se repiten de manera automática, sin reflexión ni cuestionamiento.

Además, que crecer en un ambiente donde las correcciones están cargadas de ira o sarcasmo puede hacer que interioricen la idea de que equivocarse los vuelve indignos de amor o aceptación y de esta manera afectar su autoestima y seguridad

La psicóloga Meylin Sovalbarro, especialista en psicología infantil, afirma que “La mayoría de los adultos repite lo que aprendió en su niñez, incluso si esos modelos fueron dañinos “no lo hacen con mala intención, sino porque es lo que conocen, por eso, el primer paso es tomar conciencia de cómo fueron criados, para poder elegir hacerlo distinto”.

La especialista resalta que la autorregulación emocional del adulto es clave. “Si no podemos contener nuestro enojo, no podemos pedirle al niño que lo haga”, refiere.

Es habitual que, en momentos de cansancio o estrés, surjan reacciones impulsivas, sin embargo, es ahí donde más se pone a prueba la madurez emocional del adulto.

“Ser padre o madre no significa tener siempre la razón, sino estar dispuesto a aprender, reconocer errores y ofrecer disculpas cuando sea necesario, modelar humildad y empatía enseña mucho más que imponer autoridad por la fuerza”, finaliza Sovalbarro.