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La pandemia silenciosa que afecta la salud ocular
Entre sus complicaciones puede haber desprendimiento de retina, glaucoma y hasta pérdida de la visión.
El aumento acelerado de los casos de miopía en todo el mundo ha generado alarma en el ámbito médico y científico. Ya no se trata solo de una dificultad para ver de lejos, sino de una condición que, si no se diagnostica y trata adecuadamente, puede conducir a complicaciones graves como el desprendimiento de retina o incluso la ceguera.
El optometrista médico Dr. Edwin Mejía señala que estamos frente a “la pandemia del siglo XXI”.
Según el Instituto Mundial de la Miopía, en 2023 se reportó un cambio drástico en las estadísticas: mientras antes 6 de cada 10 personas desarrollaban miopía, ahora es 1 de cada 3 en la población global.
“Los mayores porcentajes se registran en las regiones asiáticas”, indica el especialista y esto está estrechamente ligado con el uso excesivo de dispositivos digitales y la falta de exposición solar.
Este fenómeno no solo afecta la calidad de vida visual de millones de personas, sino que impone también una enorme carga para los sistemas de salud pública.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido sobre la necesidad de tomar medidas para frenar esta tendencia, especialmente en niños y adolescentes.
¿Qué es realmente la miopía?
Generalmente, la miopía se asocia con una visión borrosa de lejos, mientras que se ve bien de cerca. Aunque esto es cierto desde un punto de vista funcional, el Dr. Mejía aclara que se trata de una visión muy limitada del problema.
“Es superficializar lo que realmente es. La miopía es un síndrome fisiopatológico que cambia la estructura del ojo y pone en riesgo la salud ocular”, añade.
Específicamente, implica una elongación axial del globo ocular: el ojo se alarga más de lo normal, provocando que las imágenes se enfoquen delante de la retina, en lugar de sobre ella. Este cambio anatómico no solo genera problemas de visión, sino que puede dañar las estructuras internas del ojo, destaca Mejía.
El riesgo de complicaciones visuales severas
A medida que la miopía progresa, especialmente en sus formas altas (mayores a -5 dioptrías), el riesgo de complicaciones aumenta significativamente. “Puede haber desprendimiento de retina, glaucoma y pérdida de la visión”, advierte el especialista.
De hecho, estudios internacionales han demostrado que las personas con miopía elevada tienen hasta cuatro veces más probabilidades de desarrollar ceguera en comparación con quienes tienen una visión normal.
Además, Mejía explica que “un miope mira borroso, y existen formas de estimar su alcance visual según el nivel de dioptrías: si hay exceso de miopía de -1, el mundo nítido está a un metro; si es de -2, solo se ve claro a 50 cm”.
El uso de lentes es una solución común, pero no siempre es suficiente. “Con un lente convencional uno compensa el exceso de medida, y evito que los cambios morfo fisiológicos del globo ocular se aceleren”, agrega.
Esto quiere decir que los lentes no solo mejoran la visión, sino que también pueden ayudar a frenar el avance del daño estructural ocular si están bien adaptados.
Existen además otras alternativas en auge, como la ortoqueratología (uso de lentes especiales durante la noche) o el uso de lentes con tecnología de control de miopía, diseñados específicamente para ralentizar la elongación axial.
Pantallas, hábitos y luz solar
Uno de los factores más estudiados en el desarrollo de la miopía es el estilo de vida moderno. “Hoy en día, el uso excesivo de pantallas digitales es un elemento clave en el incremento de casos”, señala el especialista.
La falta de descanso visual, el enfoque constante a corta distancia y la escasa exposición al aire libre están alterando el desarrollo natural del ojo.
“El mayor síntoma, es decir: ‘me cuesta ver de lejos y de cerca veo bien’”, apunta el optometrista. Sin embargo, muchas personas no son conscientes de que tienen miopía o la confunden con fatiga visual u otros problemas.
Por ello, los exámenes visuales periódicos son fundamentales, sobre todo en niños y jóvenes, ya que la detección temprana permite tomar medidas antes de que la condición se vuelva más grave.