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Persisten mitos sobre la lactancia materna

Entre los más comunes se encuentran aquellos que relacionan la cantidad de leche con el tamaño del busto.


A pesar de los numerosos estudios que respaldan los beneficios de la lactancia materna, persisten creencias erróneas que afectan las decisiones de muchas mujeres durante el posparto.

Según la ginecóloga Kenia Álvarez, entre los mitos más comunes se encuentran aquellos que relacionan la cantidad de leche con el tamaño del busto o con ciertos alimentos que se consumen durante la etapa de lactancia.

“Muchas mujeres creen que si tienen el busto pequeño no van a producir suficiente leche, o que si el bebé llora es porque no lo alimentan bien con el pecho, lo que no es cierto”, indicó la especialista.

Otro error frecuente es la introducción prematura de fórmulas infantiles ante la percepción de que no hay leche suficiente en los primeros días. “Al inicio lo que se produce es calostro, una sustancia amarillenta que es esencial para el recién nacido. Por eso es tan importante el apego precoz y la estimulación inmediata del pezón, porque eso activa la producción de leche”, explicó.

Álvarez advirtió que las fórmulas deben utilizarse únicamente bajo indicación médica, respetando las cantidades recomendadas según el peso y edad del bebé.

“Si se da en exceso, puede provocar distensión abdominal, gases, intolerancias e incluso riesgo de obstrucción”, señaló. Añadió que, en general, se inicia con una a dos onzas cada dos o tres horas, y el aumento se hace gradualmente bajo supervisión pediátrica.

Importancia para la salud del bebé

Durante la Semana Mundial de la Lactancia, celebrada del 1 al 7 de agosto, se promueve no solo la importancia de alimentar con leche materna, sino también el derecho de las madres a recibir apoyo, incluso en sus lugares de trabajo.

“Muchas mujeres creen que al regresar a trabajar ya no pueden continuar con la lactancia, cuando la ley garantiza al menos una hora diaria para ello, sea al inicio, en medio o al final de la jornada”, puntualizó la ginecóloga.

Respecto a las restricciones alimenticias tradicionales, como no consumir frijoles, repollo o huevos, la doctora asegura que son mitos sin sustento. “El único alimento que puede alterar mínimamente el sabor de la leche es el repollo, pero no causa daño alguno ni al bebé ni a la madre. Las mujeres pueden comer de todo durante la lactancia”, afirmó.

Sobre el uso de bálsamos protectores para el pezón, explicó que su uso no representa ningún riesgo. “Estos productos están diseñados específicamente para no afectar al bebé, incluso si se ingieren accidentalmente al succionar”, dijo.

Finalmente, Álvarez recalcó que la lactancia materna debe ser a libre demanda. “El bebé va a comer hasta que se sienta lleno. Si quiere más, lo pedirá, y si no, dejará de succionar. Es una relación natural que fortalece el vínculo madre-hijo y promueve un desarrollo saludable”, concluyó.