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¿Qué son las estrías y por qué aparecen?
Mantener la piel hidratada, nutrida y libre de factores reducen su elasticidad.
Las estrías son una alteración de la piel que, si bien no representan un problema de salud, sí generan preocupación estética en muchas personas.
La Dra. Ana Guido, médico estético y flebóloga, explica que las estrías son una condición de la piel que preocupa, pero que no va a enfermar. “Es decir, no se consideran una enfermedad, pero sí un signo visible de que la piel ha sido sometida a un proceso de estiramiento excesivo”.
Entre las principales causas se encuentra la herencia, pero también factores como el embarazo, los aumentos o pérdidas de peso repentinos, la falta de hidratación, el tabaquismo y el consumo de alcohol.
La especialista recalca que el cigarro afecta de manera directa la producción de colágeno y elastina, dos proteínas fundamentales para la elasticidad y firmeza de la piel. A su vez, el alcohol favorece la deshidratación, lo que disminuye la capacidad de la piel para recuperar su estructura normal tras ser estirada.
Etapas de las estrías
La especialista detalla que las estrías atraviesan dos fases principales: la fase inicial o inflamatoria (rojas, rosadas o violáceas, que son más fáciles de tratar) y la fase madura o cicatricial (blancas o plateadas, más difíciles de tratar porque ya no hay inflamación ni vasos sanguíneos activos).
En la fase inicial, hay inflamación y la ruptura de vasos sanguíneos, lo que causa el color rojizo, mientras que en la fase madura el color desaparece y la textura se vuelve más lisa, similar a una cicatriz.
Por tanto, tratar las estrías en este punto es clave, ya que las terapias pueden estimular el colágeno y mejorar la apariencia de la piel. Si no se atienden a tiempo, estas marcas evolucionan hacia una tonalidad blanca, lo que indica que ya han perdido vascularidad y circulación sanguínea en la zona.
En este estado son más resistentes y requieren procedimientos estéticos más avanzados y prolongados para mejorar su aspecto.
Estrías en el embarazo: una etapa vulnerable
El embarazo es uno de los momentos donde suelen aparecer con mayor frecuencia. Según Guido, existen tres factores principales: La gestación en sí misma, pues a medida que el bebé crece, la piel se distiende.
El aumento de peso durante el embarazo, ya que muchas mujeres comen más y esto incrementa la presión sobre la piel. Y los cambios hormonales, especialmente el aumento de estrógeno y progesterona, que vuelven la piel más sensible y propensa a desgarrarse.
Para reducir el riesgo de que aparezcan, la especialista recomienda que la mujer embarazada “mantenga una rutina de hidratación constante con cremas que contengan urea, ácido hialurónico y vitamina D, aplicadas en la mañana y la noche en zonas de riesgo como abdomen, caderas, busto y brazos”. Además, subraya la importancia de beber suficiente agua y tener una alimentación balanceada.
No obstante, aclara que una vez que las estrías ya aparecen durante el embarazo, no es posible tratarlas de inmediato, pues la piel se encuentra en un proceso de cambios. Es necesario esperar entre tres a seis meses después del parto para iniciar cualquier tratamiento estético.
¿Cómo queda la piel después del embarazo?
El posparto suele traer consigo flacidez, estrías y músculos debilitados. Guido enfatiza que en este punto el tratamiento debe abarcar tres frentes: piel, grasa y músculo. El cuerpo intenta recuperar su estado natural en los primeros seis meses, pero no siempre logra hacerlo por completo.
Entre las alternativas terapéuticas más efectivas se encuentran el láser, la radiofrecuencia, los bio estimuladores, los regeneradores de colágeno y el plasma rico en plaquetas.
Estos procedimientos, aplicados bajo supervisión médica, permiten mejorar la textura, la elasticidad y la apariencia general de la piel.