Foto: Referencial

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Lo que esconden tus esmaltes favoritos y qué hay detras de los químicos en las uñas

Experta en el mundo de la belleza, recomienda dar descansos ocasionales, especialmente si han sufrido algún traumatismo.


Por naturaleza todas las mujeres siempre buscan lucir bonitas de los pies a la cabeza. Y si hablamos de maquillarse o cuidarse manos, siempre están aplicando las tendencias y en las uñas los colores de esmalte que más cautiven.

Y es que el mundo del manicure ha ganado popularidad en los últimos años, con técnicas como el gel semipermanente, acrílico o rubber, que prometen uñas impecables y duraderas, sin embargo, detrás de esos colores brillantes y diseños creativos, existen sustancias químicas que podrían afectar la salud de nuestras uñas si no se aplican correctamente.

La manicurista profesional Sarita Ruiz explica que todos los productos para uñas contienen químicos regulados, pero en especial uno llamado TPO (Trimethylbenzoyl Diphenylphosphine Oxide).

"Es un aditivo químico que llevan los esmaltes, los geles y los acrílicos, es un fotoiniciador que permite que los geles se endurezcan al ser expuestos a la lámpara. Siempre han existido desde que existen los geles permanentes, ha existido el TPO, pero últimamente se ha hecho controversial, ya que en Europa está siendo regulado y hasta podríamos decir que ha sido prohibido, pero aquí en Latinoamérica lo seguimos utlizando, siempre y cuando sea en cantidades reguladas", añade.

Ruiz aclara, que lo que realmente causa daño no es el TPO en sí, sino la mala práctica en la aplicación de la manicurista. "Cuando el esmalte entra en contacto con la piel, puede provocar alergias. Además, el uso de lámparas inadecuadas que no completan el curado del producto aumenta el riesgo de reacciones adversas", advierte.

Descansos ocasionales

La especialista recomendó dar descansos ocasionales a las uñas, especialmente si han sufrido algún traumatismo o una mala manipulación, pues el cuerpo es capaz de regenerarlas de manera natural.

También recalca la importancia de acudir a manicuristas profesionales que respeten los procesos de bioseguridad, como la desinfección adecuada de herramientas y la correcta preparación de la uña.

En cuanto a la frecuencia de las visitas al salón, Ruiz aconseja hacerlo cada 15 días, para mantener el diseño, el crecimiento equilibrado y evitar fracturas que puedan afectar tanto la uña artificial como la natural.

Finalmente, la manicurista, con más de 10 años de experiencia y una academia donde ha formado a cientos de profesionales en Nicaragua, recuerda que la clave está en informarse, elegir personal capacitado y no dejarse llevar por mitos virales que exageran los riesgos de estos productos.