Foto: Cortesía

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Del duelo a la ilusión: la llegada de un bebé arcoíris

Su llegada a la familia no borra el dolor, sino que le da un nuevo sentido a la vida.


El término "bebé arcoíris" ha cobrado especial significado entre muchas familias que han experimentado la pérdida gestacional, perinatal o neonatal.

Representa al hijo que llega después de esa pérdida, una nueva vida que aparece como símbolo de esperanza, fe y sanación, pero detrás de esta luz, hay un camino emocional y físico que exige comprensión, cuidados y acompañamiento.

La doctora Patricia Pérez, ginecóloga, explica que la llegada de un bebé arcoíris suele estar cargada de emociones mixtas, entre ellas la ilusión, ansiedad, miedo, y, sobre todo, una necesidad profunda de sanar.

“Las mujeres llegan embarazadas, pero es importante prepararse desde antes, con chequeos médicos para descartar patologías, y controlar enfermedades crónicas que podrían desencadenar complicaciones en el embarazo”, agrega.

Importancia del acompañamiento

Pérez señala que muchas de las pacientes que han tenido pérdidas previas enfrentan temores que pueden volverse abrumadores. “Es frecuente ver casos de embarazo ectópico, embarazo molar, abortos espontáneos, y es vital que las mujeres entiendan que no hicieron nada malo. La culpa es una carga injusta que muchas llevan en silencio”, sostiene.

Para la especialista, el acompañamiento emocional es tan importante como el control médico. “Siempre va a haber temor, pero deben observar desde una perspectiva positiva, y si es necesario, contar con apoyo psicológico para transitar el proceso con mayor tranquilidad”.

Entre las señales de alerta que pueden indicar complicaciones en un embarazo posterior a una pérdida, la doctora resalta el sangrado durante las primeras semanas, los dolores de cabeza persistentes, visión borrosa o zumbidos en los oídos, síntomas que deben ser atendidos de inmediato por un especialista.

Finalmente, Pérez destaca la importancia del acompañamiento del padre o pareja durante todo el proceso, hay que recordar que también ellos han sufrido la pérdida anterior, y su apoyo emocional, presencia y compromiso pueden marcar una gran diferencia en la experiencia de la madre y el desarrollo feliz del embarazo.