Foto Vatican News.

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Papa Francisco ora por los fallecidos de coronavirus durante bendición Urbi et Orbi

Hasta este Domingo de Resurreción, las muertes por coronavirus en el mundo sumaban las 113,672.


Los cristianos del mundo concluyeron este domingo la conmemoración de una Semana Santa sin precedentes en la historia, recordanto esta importante fecha para la fe cristiana en total confinamiento en casa a causa de la pandemia del coronavirus.

Fue un inaudito Domingo de Resurrección, en el que se vio al Papa Francisco celebrando desde la Basílica de San Pedro en el Vaticano la solemne misa solo con la compañía de algunos sacerdotes, donde oró por la situación actual del mundo e impartió la bendición Urbi et Orbi.

En sus palabras de apertura, el Papa, como un mensaje esperanzador, recordó a la feligresía que siguió la transmisión de la misa en televisión y redes sociales que "hoy resuena en todo el mundo el anuncio de la Iglesia: ¡Jesucristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!”.

Hasta este Domingo de Resurreción, las muertes por coronavirus en el mundo sumaban las 113,672 y el número de contagiados se contabiliza en 1,840,093.

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El país más afectado por la pandemia es Estados Unidos, con 21, 733 fallecidos y 550,016 contagiados al 12 de abril.

"Hoy pienso sobre todo en los que han sido afectados directamente por el coronavirus”, señaló Francisco quien pidió “que el Señor de la vida acoja consigo en su reino a los difuntos, y dé consuelo y esperanza a quienes aún están atravesando la prueba, especialmente a los ancianos y a las personas que están solas. Que conceda su consolación”.

El Papa señaló que "esta enfermedad no sólo nos está privando de los afectos, sino también de la posibilidad de recurrir en persona al consuelo que brota de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía y la Reconciliación”.

En este contexto, el Pontífice instó a recordar la antífona de ingreso de la Misa del día de Pascua del Misal Romano: No temas, "he resucitado y aún estoy contigo".

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El jerarca de la iglesia católica también instó a los gobierno del mundo a la búsqueda del bien común para sus ciudadanos en el contexto de esta pandemia, sobre todo para los pobres, los privados de libertad y las personas que no tienen hogar.

"Procuremos que no les falten los bienes de primera necesidad, más difíciles de conseguir ahora cuando muchos negocios están cerrados, como tampoco los medicamentos”, instó el Pontífice.

El Papa además abogó para que se levanten las sanciones internacionales que se les han impuesto a algunos países, pues a su criterio con esto les "impiden ofrecer a los propios ciudadanos una ayuda adecuada”, asimismo sugirió reducir o condonar la deuda externa "que pesa en los presupuestos de los más pobres".