Imagen referencial / Cortesía

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Los traumas que puede provocar el coronavirus en las familias

Expertos explican como el coronavirus puede afectar la convivencia familiar


La salud mental de adultos y niños, podrían estar en riesgo a causa de la pandemia del coronavirus, ya sea por contraer el virus, el miedo a enfermarse o por la pérdida de algún familiar, coincidieron expertos.

Beatriz Cardoza, psicoterapeuta y catedrática de la Universidad Kino de Hermosillo en México, explicó que, aunque no se tenga el virus, esto puede generar efectos adversos en las personas que van a más allá de la afectación física y pueden llegar a afectar a todo el colectivo familiar, incluso a los más pequeños del hogar.

Que adultos y niños reciban altas dosificaciones de información, por ejemplo, a través de la televisión y redes sociales relacionada a la actual crisis sanitaria, puede provocar que algún miembro de la familia experimente en este contexto emociones como angustia, enojo, tristeza, miedo, problemas de concentración, problemas en hábitos alimenticios o de sueño, son indicios de que la salud mental está siendo afectada, según la experta.

Obtener información de una fuente de noticias confiables es importante según la experta, ya que esta información que reciben los adultos será transmitida a niños y adolescentes en casa.

La especialista señala que la reacción más común es que los más pequeños acudan los padres a querer exponer sus dudas sobre la pandemia y se les debe dar la confianza para que se acerquen, explicándoles de manera sencilla la situación, con lenguaje e información adecuada para la edad.

No obstante, señaló que, en caso de los adolescentes, es muy probable que ellos en su intento de buscar información den con algún sitio noticias donde se comparten noticias falsas, y “a lo mejor se dejan llevar por ese tipo de fuentes que no son confiables. Si nosotros tenemos información con anterioridad, podemos responder las dudas de nuestros hijos y podemos guiarlos a que tengan la información apropiada”, aclaró la especialista.

Si alguno o todos los miembros de la familia se quedan en casa, Cardoza recomienda que es fundamental establecer rutinas familiares, organizar los horarios establecidos para la escuela y las tareas, el trabajo, el ejercicio físico, las tareas del hogar y actividades familiares individuales y de ocio.

“No porque estemos todo el día en casa significa que nos vamos a quedar en ropa de dormir, que no nos vamos a peinar, que no nos vamos a lavar los dientes, que no nos vamos a bañar o que vamos a dejar la limpieza de la casa para luego. Es muy importante que tengamos rutinas, eso nos ayuda a que controlemos el caos, a tener orden en nuestra vida y si hay orden tendremos más tranquilidad”, enfatizó.

Javier Barreto, psicólogo e integrante del Comité Científico Multidisciplinario se refirió al proceso de duelo que están enfrentando muchas familias por la pandemia, donde es común que aparezcan sentimientos encontrados, como rabia, culpa, impotencia, tristeza, incluso depresión.

Ante escenarios de este tipo, Barreto explicó que las circunstancias actuales favorecen que las personas no puedan completar de manera correcta el proceso de duelo desde la aceptación y hacer un cierre a ese proceso emocional, por ejemplo, desde no poder acompañar a su familiar en el hospital o tener que sepultarlo de inmediato una vez que fallece por el virus.

“Hay que tener mucho cuidado con esto porque aquí hay muchos factores que influyen, en primer lugar, tiene que ver con la pérdida en si como tal, lo otro es que no estamos terminando, no estamos siguiendo los rituales de duelo como los hemos tenido (antes) y poder hacer un cierre que usualmente se hace cuando una persona es acompañada y se le entierra. Son situaciones realmente apremiantes en esta situación desde el punto de vista emocional y hay que entenderlo de esa forma eso es lo que está viviendo mucha gente”, dijo Barreto.

Según el psicólogo, las personas afectadas incluso pueden entrar en un duelo complicado o traumático si no recibe la ayuda adecuada, que en muchos casos puede requerir asistencia de un profesional de la salud mental ya sea un psicólogo o psiquiatra.

"Algunas señales de alarma que nos pueden ayudar a identificar estos casos que requieren apoyo profesional es cuando la persona comienza a experimentar ira, enojo por la pérdida, falta de apetito, ser incapaz de pensar en otra cosa que no sea que no sea el ser querido que ha muerto o no querer ningún recordatorio de la persona en lo absoluto. Tener pesadillas de manera recurrente, sentir profunda soledad y anhelo por la persona que murió, sentirse desconfiado de los demás, sentir amargura por la vida, sentirse incapaz de realizar actividades y de disfrutar la vida”, explicó el experto.