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OIT llama a países de la región a redoblar esfuerzos contra el trabajo infantil


La Organización Internacional del Trabajo (OIT), realizó el lanzamiento del Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil en América Latina y el Caribe en el que convocó a los Gobiernos y diversos sectores de la región a sumar esfuerzos para alcanzar la ambiciosa meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2025.

En el marco de esta convocatoria, los participantes coincidieron en la necesidad de redoblar esfuerzos para evitar que la crisis de la Covid-19 se traduzca en un retroceso en los avances logrados en materia de eliminación del trabajo infantil.

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Entre el 2000 y el 2006, más de 100 millones de niños y niñas lograron salir de este flagelo, pero la pandemia amenaza con revertir estos avances, alertó la OIT.

“Este Año Internacional no se trata de hablar, se trata de hacer”, destacó Guy Ryder, director general de dicha organización. “Pedimos a todos que se comprometan para que tengamos mayores posibilidades de lograr nuestra ambiciosa meta: eliminar el trabajo infantil para 2025”, agregó.

Datos de la OIT indican que en los últimos 25 años, en América Latina y el Caribe “9,5 millones de niños, niñas y adolescentes dejaron de trabajar, especialmente en actividades peligrosas. Sin embargo, antes de la pandemia aún había 10,5 millones en trabajo infantil”.

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Vinícius Pinheir, director de la OIT para América Latina y el Caribe, advirtió que “en vista del recrudecimiento de la emergencia sanitaria, la prolongación de medidas especiales de confinamiento y distanciamiento, y la persistencia de la crisis en estos últimos meses, esa situación está empeorando”.

Datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), indican que en América Latina y el Caribe “hay aproximadamente 17,4 niños y niñas trabajadores”, es decir, un 16% de los niños y niñas de la región trabajan.

Recientemente, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), advirtió que a consecuencia de la pandemia se pronostica un importante aumento de la tasa de trabajo infantil en la región.

Los cálculos de la Cepal apuntan a que entre 109,000 y 326,000 niños niñas y adolescentes están en riesgo de retornar al trabajo infantil y se sumarían a los 10,5 millones que ya están en esta situación.

El mayor desafío de los países de la región para erradicar el trabajo infantil es pasar del consenso a la acción, en este sentido organizaciones de la sociedad civil han planteado sus propuestas.

Sofía Mauricio, coordinadora de una agencia de empleos enfocada en la promoción del trabajo con enfoque de derechos humanos, instó a los Gobiernos de la región para actuar en busca de soluciones concretas.

Los gobiernos deben “establecer leyes y políticas de Estado de prevención y erradicación del trabajo infantil con presupuestos que garanticen la protección de las niñas y niños más vulnerables y asimismo asegurar una escuela de calidad que reduzca las brechas que existe en los servicios educativos”, explicó.

Urgió además en la inversión en infraestructura, tecnología y conexión digital en los sistemas educativos.

Unicef calcula que a nivel mundial “151,6 millones de niños y niñas son víctimas del trabajo infantil. Casi la mitad (72,5 millones) ejercen alguna de las peores formas de trabajo infantil, como esclavitud, trata, trabajo forzoso o reclutamiento para conflictos armados”.