
Referencial
Actividades que nutren el alma y ayudan al bienestar emocional
Expertas destacan que incorporar el arte a la vida es parte del autocuidado.
Entre el ajetreo diario y las múltiples responsabilidades, algunas mujeres dejan pasar la oportunidad de practicar actividades artísticas o extracurriculares que aportan tranquilidad y bienestar. Una de ellas es la arteterapia y cómo integrarla en parte del cuidado emocional.
La psicóloga Ivonne Flores destaca que descubrir lo que fortalece el equilibrio interno es fundamental. “Nutrir el alma implica un proceso de autodescubrimiento y reflexión. Preguntarse ¿Qué es lo que me gusta? y encontrar una respuesta permite avanzar hacia la autorrealización”, afirma.
Por su parte, la artista plástica Vilma Flores refiere que descubrió su pasión por la pintura a la edad de 50 años. “Entré en una etapa difícil y sin empleo. Recuerdo que desde niña pintar me generaba ilusión. Hoy me siento plena y autosuficiente”, dice.
Su experiencia demuestra que la edad no representa un límite para reconectar con lo que inspira y da sentido.
Una dosis de calma
Incorporar actividades creativas a la rutina forma parte del autocuidado. Aunque muchas veces se esperan fechas especiales o momentos poco frecuentes para hacerlo, es en medio del estrés cotidiano donde más se necesita una dosis de calma.
La inteligencia emocional también juega un papel esencial, ya que fortalece la empatía y favorece entornos más saludables. “Explorar las emociones a través de la escritura es una técnica terapéutica ampliamente recomendada”, señala Flores.
Ser consciente del estado emocional permite reconocer y gestionar mejor las actitudes ante distintas situaciones, todas son válidas; lo importante es cómo se actúa frente a ellas, indica.
Al enfocarse en actividades lúdicas se activa la creatividad y la imaginación. “Pintar me permite liberar todo lo que llevo dentro”, comenta Vilma.
Al enfrentarse a un lienzo en blanco, asegura que se da permiso para que los sentimientos se expresen con libertad, lo que contribuye al bienestar emocional.
Entre las técnicas que recomienda Flores está la conexión con la naturaleza. Acciones como abrazar un árbol o caminar descalza sobre el césped, aunque parezcan inusuales, promueven la paz interior.
También sugiere utilizar materiales sensoriales como plastilina, cepillos o texturas, que resultan herramientas prácticas para integrar el arte en la vida cotidiana.