Guillermo Rodríguez

Guillermo Rodríguez

Carritos de café, un trabajo por cuenta propia que crece en el mercado Oriental

La mayoría de personas que se dedican a este oficio alquilan los carritos a un costo diario de 50 córdobas.


Cuando el sol aún "duerme", María Guadalupe Hernández ya está activa para iniciar su faena diaria, la que empieza con poner el agua al fuego para luego verter en su termo y garantizar un café caliente durante toda la mañana en el mercado Oriental, el más grande de Centroamérica. De esta forma, al igual que muchos trabajadores ambulantes en este popular centro de compras, se gana la vida para sacar adelante a sus cinco hijos.

“Hago dos turnos, a veces hasta tres turnos, el esfuerzo lo hago por mis hijos, aguantando sol...”, relata la joven madre.

En los últimos años, este tipo de trabajo informal se ha hecho muy popular en este mercado, donde es común toparse casi en cada esquina un carrito cafetero, los que también recorren los galerones y calles interiores del centro de compras todo el día, ofreciendo sus productos a visitantes y comerciantes.

María asegura que con esfuerzo y mucho empeño logró comprar su propio carrito, ya que la mayoría de personas que se dedican a este oficio alquilan los pequeños carritos por un costo diario de 50 córdobas, para vender café con pan y galletas a los comerciantes y compradores que visitan el mercado.

“En mi caso, yo logré comprar mi propio instrumento de trabajo y toda la ganancia es mía, gracias a Dios, todo lo que vendo me queda a mí y con la ayuda de mi esposo logré comprar en mil córdobas el carrito”, añade.

Hernández, dice sentirse contenta con su nuevo emprendimiento, pues considera que, un montón de gente le compra, "a pesar de que tengo dos semanas de emprender en este oficio, el café lo vendo rápido y barato a 10 córdobas y el pan a igual precio, para que los clientes me compren, doy a precios favorables”.

Se apoya en Dios

El caso de Martha López, es otra trabajadora por cuenta propia en este mismo tipo de negocio, asegura que las cosas no han sido fáciles, pero con la ayuda de Dios todo ha sido posible.

“Me levanto a las tres de la mañana para preparar el café y la leche, realmente mi motor para seguir adelante es mi hijo, ya tiene 13 años de edad y estudia, pero a pesar de que soy madre soltera, Dios siempre me ayuda en mi negocio para administrarlo”, subraya.

López tenía una pulpería, sin embargo, su mala administración, la obligó a vender todo lo que tenía como equipos de refrigeración y otros enseres, para luego dedicarse a vender de forma ambulante en el mercado, ahora espera que su emprendimiento genere resultados económicos positivos.

Añade que el pasado mes de diciembre, las ventas estuvieron buenas, pues obtuvo 12 mil córdobas en ganancias, mismas que fueron destinadas para la compra de una lavadora.

“También tengo mis metas, quiero construir mi casa, porque es de pura tablita y deseo un día poder hacer las mejoras y pagar los estudios de mi hijo”, señala.

El último informe de resultados de la Encuesta Mensual de Empleos que publica el Instituto Nacional de información de Desarrollo (Inide), detalla que, en noviembre del 2023, la tasa de subempleo a nivel nacional se ubicó en 40.8 por ciento, es decir, de cada cien personas que están empleadas 40.8 tienen empleos informales.

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