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El vínculo padre-hija ayuda a las hembras de babuino a vivir más

El estudio analizó la influencia en las hijas cuando el padre decide convivir o interactuar con ellas.


Muy pocos mamíferos reciben cuidados de su progenitor macho, pero cuando lo hacen pueden beneficiar a los hijos, como señala una investigación sobre el vínculo padre-hija entre los babuinos durante los primeros años de vida, el cual mejora la supervivencia de las hembras.

El estudio que publica Proceedings of the Royal Society B y lidera la Universidad de Notre Dame (EE. UU.) analizó la influencia en las hijas cuando el padre babuino decide convivir o interactuar con ellas, aunque las madres proporcionan a las crías todos los cuidados esenciales.

Los babuinos macho suelen alcanzar su máximo éxito reproductivo cuando son adultos jóvenes, pero cuando ya han tenido unas cuantas crías y su estado físico decae, entran en una especie de “modo padre”, explicó la autora principal del estudio Elisabeth Archie.

En ese momento, el macho ya no se esfuerza tanto por aparearse y tiene más tiempo para invertir en sus hijos y pasarlo con ellos.

Los investigadores analizaron 216 babuinos hembra y a sus padres en el ecosistema del Amboseli, una zona en el África oriental. Un tercio de las hijas vivieron en el mismo grupo social que su padres macho durante tres años o más y los dos tercios restantes no contaron con esa presencia, ya sea porque él abandonó el grupo o murió.

Para el estudio se analizaron los hábitos de acicalamiento de las hembras jóvenes con sus padres y otros varones adultos, lo que habla de la fuerza potencial de las relaciones padre-hija y de otros vínculos.

La investigadora señaló que ese hábito, que sirve para la higiene y el vínculo social, podría considerarse al “equivalente humano de sentarse, tomar una taza de café y tener una buena charla”.

Las hijas que tenían una relación fuerte con sus padres, que convivían con ellos durante tres años o más, o ambas cosas, vivían de dos a cuatro años más que aquellas con relaciones paterno-filiales débiles.

La adversidad en las primeras etapas de la vida “tiene un poderoso efecto en la esperanza de vida, por lo que este estudio sugiere que tener un padre permite a las hembras que han experimentado otras formas de adversidad recuperar algunos de esos costes”, declaró Archie en un comunicado.

La investigadora destacó que, en muchos mamíferos, los padres tienen fama de no contribuir demasiado a ofrecer cuidados, pero ahora se sabe que “incluso estas contribuciones aparentemente menores” tienen consecuencias “realmente importantes, al menos en los babuinos”.

Las parejas padre-hija que vivían juntas durante más tiempo tenían relaciones de acicalamiento más fuertes, mientras que esas relaciones estrechas entre hembras jóvenes y otros machos adultos no predijeron la supervivencia adulta.

Esto podría deberse a que los babuinos macho a veces intervienen en nombre de las crías en los conflictos, protegiendo a sus hijas, e incluso a las madres, de otros miembros del grupo.

Los machos parecen ampliar la red social de las crías, de forma que si estas pasan tiempo cerca de un macho establecen “interacciones sociales más diversas que si solo están con su madre. Además los padres “pueden crear una especie de zona de seguridad para sus hijas”, dijo la investigadora.

Aunque es posible que los padres de los mamíferos no aporten mucho, o nada, a sus crías, Archie cree que este estudio puede arrojar luz sobre las raíces evolutivas del cuidado parental humano.

El estudio forma parte del Amboseli Baboon Research Project, que comenzó en 1971 y es uno de los estudios sobre primates más antiguos del mundo.