Foto Cortesía.

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Estrés postraumático, depresión y ansiedad: las secuelas de la represión

Desde el alzamiento cívico contra el gobierno, unos 200 pacientes, en su mayoría excarcelados, han llegado a la clínica psicológica de la CPDH en busca de ayuda.


Los días de horror que Carlos Valle y su hija Elsa Valle vivieron al permanecer encarcelados, se mantienen vivos en la memoria de estos presos políticos. Los 75 días de encierro que sufrió su hija, hoy pasa la factura con graves secuelas psicológicas.

“La situación en la que salió (Elsa de la cárcel) con un pie fracturado, sin atención médica fue grave. Tuvo un sangrado en las celdas de mujeres La Esperanza y cuando fue al ginecólogo lo que le dijo fue: ‘tuviste un aborto’. Hasta ese momento se dio cuenta que había perdido al bebé , fue un duro golpe para ella, producto del maltrato, producto de la situación de estrés que mantenía en la cárcel, Elsa abortó al bebé”, relata Carlos Valle.

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Tras su excarcelación, Valle manifiesta que le preocupa mucho el estado de su hija, lo que los ha obligado a buscar atención psicológica y psiquiátrica.

“Encuentro a Elsa con situaciones fuertes de problemas psíquicos, problemas de estrés, tristeza. Se levanta a medianoche llorando, ve al bebé. Ella ve al novio también que fue asesinado, el novio de Elsa, el papá del niño, es decir, lo que nosotros estamos viviendo es un infierno”, sostiene el progenitor de Elsa Valle.

El estrés postraumático se ha convertido para Elsa Valle y otros presos políticos en un torturador silencioso pero que puede llegar ser letal hasta provocar el suicidio si no se trata adecuadamente, advierte Yesenia Paz, psicóloga del Centro Permanente de Derechos Humanos, CPDH.

La especialista asegura que desde el alzamiento cívico contra el gobierno unos 200 pacientes en su mayoría excarcelados, han llegado a la clínica psicológica de la CPDH en busca de ayuda.

“Al vivir un evento traumático ellos escuchan voces desde que estuvieron en la cárcel. Mantienen una hiper vigilancia en cuanto a quién está ahí, quién se acerca, si es a ellos a quienes van a buscar”, explica Paz quien asegura que cuando las personas se ven afectadas por estos trastornos es común que estén “pendientes de todo, de vehículos, motos, tienen trastornos de sueño, problemas alimenticios. Recordemos que en este tipo de personas su comportamiento no va a ser igual”.

Pero el estrés postraumático, la depresión y la ansiedad no afectan sólo a los presos políticos, también a sus familias y a quienes perdieron a sus seres queridos.

La atención profesional y adecuada para estas víctimas de la represión debe ser incluida como parte de los acuerdos en la mesa de negociación del diálogo nacional, sugieren expertos.

Las terapias cognitivas, conductuales o terapias de relajación y terapias familiares ayudan mucho a tratar estos trastornos, indica Paz, en algunos casos incluso, los pacientes requieren del apoyo de otras especilidades además de la atención psicológica.

"Necesitan ser atendidos por médicos, fisioterapéutas, psiquiátras también, se requiere de otras profesiones", manifestó Yesenia Paz.

Hasta ahora, el gobierno se niega a firmar acuerdos en materia de justicia y reparación para todas las víctimas de la masacre y la represión.