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Caza de pantera Onca amenaza ecosistemas en la Costa Caribe Norte, advierten ambientalistas

La caza de este animal ha aumentado de forma indiscriminada en los últimos meses


Ambientalistas se encuentran preocupados por el incremento en la caza, comercialización y domesticación del Jaguar - Tigre Americano, también conocido como pantera Onca, animal fundamental en el ecosistema de la Costa Caribe Norte.

Raomir Manzanares, consejero del Club de Jóvenes Ambientalista, aseguró que los niveles de pérdida de bosques, el cambio de uso de suelo por las quemas forestales y la urbanización, entre otras actividades humanas, está afectando el desarrollo y control de la dieta del jaguar.

“Es una especie que viene a regular la vida de otras especies inferiores, estamos hablando de guardatinajas, venados, tortuga marina, en fin, todas las especies inferiores a él”, dijo Manzanares.

El especialista recordó que en 2017, estudios de organismos internacionales defensores de la flora y fauna revelaron que en Nicaragua había apenas 500 animales de esta especie.

La pantera Onca forma parte de la lista roja de animales en peligro de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y según los Jóvenes Ambientalistas las normas jurídicas nicaragüenses prohíben los delitos en su contra.

“Por eso las instituciones gubernamentales encargadas de la conservación de la biodiversidad deben de tomar medidas en busca de financiamiento, tanto del Presupuesto General de la República, del sector privado o de la misma cooperación, para desarrollar un plan de conservación y de educación en comunidades rurales y urbanas”, manifestó Manzanares.

Noel Pastora, abogado experto en derecho penal, explicó el Código Penal de Nicaragua, la Ley General del Ambiente y los Recursos Naturales, Ley 217, y el artículo 60 de la Constitución Política son los principales reglamentos que prohíben la cacería de animales en peligro de extinción, como el jaguar.

Según Pastora, los encargados de hacer cumplir esta ley son la Policía Nacional, el Ejército de Nicaragua y el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena), sin embargo, las disposiciones contenidas en la Ley 217 y en la Constitución Política señalan que son reglamentos de orden público, es decir, que los ciudadanos deben ser los principales denunciantes.

De acuerdo al Código Penal, quien cace animales que han sido declarados en peligro de extinción por los instrumentos internacionales ratificados por el Estado será sancionado con pena de uno a cuatro años de prisión y de quinientos a mil días multa.

Pastora aclaró que con tan solo la domesticación de estos animales ya se estaría cayendo en un delito.

“No hay ninguna prescripción, ni ninguna disposición legal que permita a un particular poderse hacer o tratar de hacerse con un animal en peligro de extinción y domesticar porque es una especie protegida, una especie exótica”, aseveró Pastora.

El 10 de noviembre, en el municipio de Mulukukú, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN), el Ejército de Nicaragua, a través del batallón ecológico "BOSAWAS", ocupó un Jaguar / Tigre Americano de aproximadamente 2 meses de nacido a dos ciudadanos nicaragüenses, quienes fueron puestos bajo resguardo ante las autoridades correspondientes.