El sueño de Moisés Castellón, habitante del barrio Monseñor Lezcano de Managua, es reactivar la panadería que fue heredada por su abuelo, quien falleció hace algunos años, por ello considera la creación de panadería y repostería lo lleva en la sangre.

“Yo he estado ofreciendo distintos tipos de panes a mis vecinos y me ha ido bien, he vendido mucho, pero considero es hora de tecnificarme”, dijo Castellón.

La reactivación de su panadería contribuiría para aportar a la economía de su familia, que actualmente solo cuentan con el salario de una hermana para sobrevivir.

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Para lograr su objetivo Castellón esta semana inició su curso en el Instituto Técnico Especializado Juan Pablo II, siendo parte de los estudiantes beneficiados con el proyecto junto a la fundación Swiss contact, que le permite tecnificarte en sólo tres meses a través de cursos intensivos.

“Después de 1998 mi abuelo se enfermó y nadie siguió con su emprendimiento, incluso por su enfermedad vendieron todos los equipos, por eso a mí me va a tocar reiniciarlo y salir adelante”, agrega.

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Crear su cafetín innovador

Jeamy Rivas, de Ciudad Sandino, es otra estudiante que tiene el propósito crear su cafetín y proveer de recetas innovadoras a quienes la visiten.

“Tengo el propósito de aprender y montar mi propio negocio, quiero mi cafetín, ofrecer todo tipo de café, con recetas innovadoras y de igual manera todo tipo de pan, eso no puede faltar en la mesa de los nicaragüenses”, señala.

Según Rivas fueron sus padres los principales impulsores de esta oportunidad de negocio, puesto que consideran hace falta en su sector productos de este tipo que sean de buena calidad.

En este instituto manos a la masa, en alusión a la materia prima para elaborar cualquier pan, están más de 18 jóvenes emprendedores, quienes en una semana ya han creado tres recetas.

“Aquí si te fijas todos metemos manos, todos manipulamos la harina, todos le ponemos que la mantequilla, que la carne, que pasar el agua, no es lo mismo que alguien lo realice a que lo hagas con tus propias manos”, refiere Castellón.

Disposición de aprender y emprender

Dayana Raquel Baquedano, docente de este curso, explica que solo se requiere la disposición de aprender y emprender en estos cursos, por ello no es necesario llegar adelantado en las temáticas.

“Con los tres meses que dilata el curso nosotros podemos cumplir con las 190 horas de enseñanza que pide el Tecnológico Nacional (Inatec) para que los estudiantes estén bien preparados”, indica.

Además de panadería y repostería los interesados pueden acceder a otras carreras, como son: confección de vestimenta para damas, estética del cabello, electricidad domiciliaria, redes inalámbricas, refrigeración y soldadura. Para todas ellas aún hay disponibles cupos.

David Hernández, subdirector académico del Instituto Juan Pablo II, manifiesta que los interesados en estos cursos aún están a tiempo de inscribirse, porque tienen abierta la segunda convocatoria para iniciar el próximo 13 de febrero.

“Los aportes son mínimos y las becas nos permiten que los jóvenes reciban sus delantal o gabacha y todos sus materiales sin ningún otro cobro extra”, indica.

A estos cursos pueden acceder personas de 18 a 45 años de edad y solo se requiere su cedula de identidad como requisito, además de acercarse al Instituto Técnico Especializado Juan Pablo II, que se ubica del Hospital Lenin Fonseca, 300 varas al sur.

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