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Acusado por muerte de joven en Ticomo, enfrentaría prisión perpetua revisable
Héctor Orelvin Manzanares enfrenta acusaciones de homicidio agravado y el juicio está programado para los próximos días.
El caso de la joven Jenelieth Noryelis Peña, de 19 años, encontrada muerta el 12 de abril en un cauce, ubicado detrás del Hotel Ticomo, en Managua y que causó conmoción a nivel nacional, por la forma en que fue silenciada, sigue abierto.
Por esta muerte, Héctor Orelvin Manzanares, de 38 años, enfrenta acusaciones de homicidio agravado. De ser declarado culpable, podría pagar una pena de prisión perpetua revisable, según el abogado Norman Moraga.
El juez Jean Carlos Hernández, titular del Juzgado Cuarto Distrito Penal de Juicio de Managua, ha programado el juicio en este caso para los próximos días.
La acusación presentada por el Ministerio Público señala que el vigilante es responsable de la muerte de la joven originaria del municipio de Camoapa, departamento de Boaco.
Peña habría sido citada por el acusado para ayudarle con una entrevista de trabajo la noche del lunes 10 de abril en horas de la noche.
A lo largo de la investigación, las pruebas y testimonios en contra de Manzanares se han ido acumulando, siendo un momento crucial en el caso el testimonio de una persona que trabaja como caponero. Esta persona aseguró haber presenciado el momento en que el acusado ingresó al establecimiento en compañía de la víctima el día de su desaparición.
Un caso que conmocionó a la población nicaragüense
La historia de Jenelieth ha conmovido a la comunidad nicaragüense, ya que la joven había viajado a Managua con grandes sueños y esperanzas. Su objetivo era asegurarse un trabajo, estudiar computación y finalmente, convertirse en farmacéutica. Sin embargo, estos planes se vieron truncados de manera trágica y prematura.
El cuerpo de Peña fue descubierto, dos días después de su desaparición.
Según la Fiscalía, cuando la joven llegó al lugar, fue atacada por Manzanares, quien la asfixió hasta provocarle la muerte. Cabe mencionar que, en el año 2009, Manzanares fue condenado por un delito similar, pero posteriormente fue puesto en libertad condicional, por lo que tenía la obligación de firmar todos los viernes.
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