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Peregrinos celebran más de 300 años de veneración al Señor de los Milagros en El Sauce
Los feligreses participaron este domingo de la Santa Misa solemne, en el Santuario Nacional, ubicado El Sauce, departamento de León.
Cientos de fieles católicos y devotos al Señor de los Milagros o Cristo Negro de Esquipulas, participaron este domingo de la Santa Misa solemne, en su Santuario Nacional, ubicado en El Sauce, departamento de León.
La Santa Misa fue presidida por monseñor René Sándigo, obispo de la Diócesis de León, quien durante su homilía aseguró que al igual que lo hizo Jesús en vida con sus discípulos, su imagen en el "Cristo Negro", llama a los peregrinos nicaragüenses y extranjeros a integrarse a través de la palabra de Dios y pidiendo la sanación física y espiritual.
"En los evangelios vemos que a Jesús se le acercaban enfermos, paralíticos, ciegos, sordos, mudos y hasta leprosos, que recibían de él una palabra de Dios, un gesto corporal y la sanación, de igual manera hemos hoy sido convocados en este Santuario para pedir nuestra sanación", enfatizó el prelado.
Antes de la Santa Misa la milagrosa imagen había salido en procesión en los alrededores del templo, con la participación de los peregrinos que cada año llegan a agradecer su intercesión por algún milagro concedido.
Esta peregrinación cumplió este 2024 unos 301 años de existencia, desde 1723 cuando llegó la imagen de manos de Guadalupe Trejos, dueño de la imagen y que se detuvo en el Valle del Guayabal (antiguo nombre de El Sauce).
En el centro del Valle había un árbol de Sauce y al pie de éste fue puesta la imagen junto a la construcción de un chinamo.
La imagen fue venerada por la comunidad y los milagros obrados empezaron a ser contados por los nuevos devotos del Cristo, pero luego Trejos quiso seguir su camino hacia el Norte, Honduras, pero se encontró con el río Aquespalapa crecido, lo que le impidió el paso, esto le permitió permanecer otros días en el Valle de El Guayabal.
En esos días Guadalupe Trejos se enfermó de paludismo y falleció, a pesar de ellos fieles católicos y devotos le siguieron venerando y empezaron a llamarle El Señor Esquipulas de El Sauce, pasando a manos del templo principal del pueblo, que ahora es su Santuario Nacional.
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