Mujeres comparten algunos de los riesgos que viven a diario en los semáforos
La necesidad de llevar el sustento diario a sus familias las ha llevado a no darse por vencidas.
Por casi 10 años, Sugey del Carmen López y Griselda Rojas, se han dedicado a la venta de frutas bajo el inclemente sol y la lluvia, en el sector de los semáforos de la Plaza de las Victorias, en Managua.
Ambas señalan que la vida ha sido dura, sobre todo por los riesgos que representa este oficio, pero la necesidad de llevar el sustento diario a sus familias las ha llevado a no darse por vencidas.
López, de 45 años de edad, afirmó que la venta ambulante en los semáforos de la capital le ha permitido mantener a sus nueve hijos, la mayoría también se dedican a la comercialización de diferentes productos en diversas zonas de la ciudad.
“Todos trabajan en los semáforos porque no han logrado encontrar un trabajo formal, además no consigue porque piden que seas bachiller”, indicó.
La vendedora ambulante agregó que, “aquí aguantamos de todo, a veces los conductores casi nos pasan llevando, pero a pesar de eso siempre salimos adelante gracias al Señor”, comentó.
Rojas, por su parte, señaló que, desde muy pequeña, comenzó a vender en las principales calles de Managua, y está consciente que es una tarea difícil por ofertar sus productos en medio de los vehículos, a lo que se suma en ocasiones el trato grosero de algunos conductores.
“Hacemos el esfuerzo cada día y pues gracias a Dios por lo menos para la comida llevamos, a veces la gente ni nos quiere responder y hasta nos cierran la ventana porque creen que les vamos a robar”, relató.
Este 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha en la que tanto López como Rojas esperan mayor respeto a su labor y la mejoría de sus ventas.
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