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Lo que debés saber sobre tu flujo vaginal


El flujo vaginal normal cumple varias funciones: limpia y humecta la vagina, y ayuda a prevenir y combatir infecciones. Si bien es normal que el color, la textura y la cantidad de flujo vaginal varíe a lo largo del ciclo menstrual de una joven, algunos cambios pueden
indicar la presencia de un problema.

Los flujos vaginales normales pueden variar de textura y color. Pueden ser poco espesos, pegajosos y espesos. Los flujos vaginales deben ser claros, blancos o blanquecinos.

Los flujos vaginales pueden ser:

1. Flujo blanquecino sin olor: Todo está bajo control y en perfecta normalidad.

2. Flujo espeso y amarillento: Puede ser indicador de una infección vaginal, sobre todo si va acompañado de picor, quemazón o dolor.

3. Flujo muy espeso con mal olor y color gris o verde: Puede ser sintoma de una bacteria o de una enfermedad de transmisión sexual. Si tenes estos síntomas, consulta con tu ginecológa.

4. Flujo rojo o marrón: Es un síntoma de irregularidades en la menstruación (si es que el flujo no es abundante). Si el flujo es abundante y no es el de tu menstruación, consulta con tu ginecológa.

Es importante estar atenta a los cambios en el flujo vaginal. Los siguientes cambios pueden ser indicio de un problema:
● Cambio en el olor (en especial si es desagradable).
● Cambio en el color o la textura (en especial si se vuelve verdoso, grisáceo o se
asemeja al pus).
● Cambio en la textura (espumoso o semejante al requesón).
● Picazón, ardor, hinchazón o enrojecimiento vaginal.
● Sangrado vaginal o pérdidas que no corresponden al período menstrual.

Es muy importante que acudas a tu chequeo ginecológico si tienes alguno de los síntomas de flujo vaginal anormal. Esto es muy importante para las mujeres que mantienen relaciones sexuales, en especial aquellas que han tenido relaciones sin usar condón, porque muchas ETS producen cambios en el flujo vaginal.

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