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Alergias no diagnosticadas: un riesgo invisible que puede ser fatal

El pasado domingo un joven falleció tras una picadura de alacrán en su casa.


La falta de conocimiento sobre alergias graves y su manejo puede tener consecuencias fatales, como se observó el pasado domingo en el caso de Byron Munguía, un joven de 25 años, quien falleció tras una picadura de alacrán en su casa en el barrio Acahualinca, Managua.

De acuerdo al Dr. Jorge Manzanares, médico general, las reacciones anafilácticas, como la que pudo haber experimentado este joven, son respuestas extremas del sistema inmunológico que causan inflamación severa en las vías respiratorias y, en casos graves, provocan la muerte.

Agrega que la anafilaxis en respuesta a las picaduras de alacrán ocurre, generalmente, en personas que han desarrollado una “hipersensibilidad previa al veneno” debido a picaduras anteriores. “Una persona puede desarrollar un tipo de reacción en el cual la siguiente vez que le pican, el cuerpo responde con una reacción de hipersensibilidad muy intensa, caracterizada por edemas en la garganta que pueden obstruir las vías respiratorias”, añadió.

Aunque los casos de anafilaxis son poco comunes, los expertos recomiendan la realización de pruebas de alergia a aquellas personas que sospechen de una posible reacción grave, especialmente si han tenido experiencias de contacto previas con alérgenos.

En Nicaragua, las pruebas de alergia para una variedad de sensibilidades están disponibles, aunque los especialistas indican que son realizadas por alergólogos en centros privados. “Es muy raro y no es algo que afecte a toda la sociedad. Sin embargo, quienes desean realizarse la prueba deben consultar con un alergólogo”, detalla el Dr. Manzanares.

La Organización Mundial de la Alergia estima que entre 400 y 600 millones de personas en todo el mundo padecen algún tipo de alergia, y se proyecta que para el año 2050, la mitad de la población mundial presentará condiciones de este tipo.

Este aumento en la prevalencia de alergias plantea una advertencia sobre el conocimiento y la prevención de reacciones severas. Si bien en muchos casos las picaduras de alacrán en Nicaragua no generan más que molestias leves como entumecimiento y malestar, el Dr. Manzanares enfatiza la importancia de reconocer los síntomas de una posible reacción anafiláctica.

Para la población general, el especialista aconseja mantener la calma tras una picadura, ya que los síntomas a menudo se intensifican por el nerviosismo más que por el veneno en sí.

“Las personas nerviosas pueden exacerbar los síntomas, como taquicardia y sudoración, lo cual no es indicativo de anafilaxis”, aclaró el Dr. No obstante, advierte que aquellos que noten inflamación en la cara, labios o garganta deben buscar atención médica inmediata, ya que estos son signos de una posible obstrucción respiratoria que podría poner en riesgo la vida.

En el caso de personas vulnerables, como niños pequeños, adultos mayores o aquellos con enfermedades crónicas, el médico recomienda precaución adicional. Los ancianos con hipertensión u otras afecciones cardiovasculares deben estar especialmente atentos, ya que el nerviosismo puede desencadenar una crisis hipertensiva, aunque no directamente causada por el veneno del alacrán, sino por la respuesta nerviosa exacerbada al incidente.

Finalmente, el médico subraya que los casos de anafilaxis son raros en el país y que la mayoría de las personas no experimentarán más que efectos leves. Sin embargo, el conocimiento y la prudencia son esenciales para evitar situaciones fatales: “Saber si una persona tiene alguna alergia grave puede marcar la diferencia en un caso extremo”, concluyó.

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