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El riesgo oculto del embarazo que muchas veces se confunde con una alergia

La colestasis hepática afecta principalmente a mujeres en el tercer trimestre.


La colestasis hepática del embarazo es una de las disfunciones hepáticas más peligrosas y menos conocidas, que afecta principalmente a mujeres en el tercer trimestre y puede causar daños graves en el bebé si no se detecta a tiempo, advierte el Dr. Javier Cantarero, ginecólogo y obstetra.

"Aunque su incidencia es relativamente baja, afectando entre el 0.5% y el 5% de los embarazos, la colestasis hepática puede representar un riesgo importante para el bienestar del bebé y una fuente de gran malestar para la madre”, añade.

Esta afección, también conocida como colestasis intrahepática del embarazo, se caracteriza por una alteración en el flujo de la bilis, que es una sustancia producida por el hígado para ayudar a la digestión.

El término “colestasis” proviene del griego: chole (bilis) y stasis (detención), es decir, una interrupción o disminución del flujo biliar. Esto genera una acumulación de ácidos biliares en el hígado y en la sangre, provocando comezón mayoritariamente en pies y manos, afirma el especialista.

¿A quiénes afecta más?

Si bien puede presentarse en cualquier embarazo, hay ciertos factores que aumentan el riesgo. “Afecta principalmente a mujeres indígenas en zonas con bajas temperaturas. En este sentido, en nuestro país las mujeres más propensas son las del norte, que son mestizas y viven en áreas donde la temperatura es muy baja”, explica Cantarero.

Además de los factores ambientales y étnicos, esta condición tiene una fuerte predisposición genética. También puede estar influenciada por el estilo de vida o por antecedentes de uso prolongado o abuso de métodos anticonceptivos hormonales.

Según el especialista, el síntoma más característico y muchas veces subestimado es el prurito: una picazón intensa, especialmente en las palmas de las manos y plantas de los pies, incluso entre los dedos.

También pueden presentarse molestias gastrointestinales, inflamación y, en casos extremos, ictericia (coloración amarilla en piel y ojos), causada por el aumento de la bilirrubina. Cabe destacar que el valor normal de esta sustancia es menor a 1.3 mg/dL, y la coloración amarilla se hace evidente por encima de los 2 mg/dL.

¿Por qué ocurre y cuál es el riesgo?

La colestasis suele aparecer en el tercer trimestre del embarazo o hacia finales del segundo. Aunque los síntomas en la madre pueden ser manejables, las consecuencias para el bebé pueden ser graves. “Para la madre es picazón, pero para el bebé es quemadura”, resume el Dr. Cantarero.

Esto se debe a que los ácidos biliares acumulados en la sangre de la madre atraviesan la placenta y llegan al feto, provocando daños en tejidos vitales como el corazón (miocarditis), el hígado (insuficiencia hepática), los vasos sanguíneos e intestinos (meconio en el útero), incluso provocando paro cardíaco fetal, señala con preocupación el especialista.

Los niveles de ácidos biliares son claves para evaluar el riesgo: menos de 10 ng/mL: normal; 10 a 40 ng/mL: acumulación leve; 40 a 100 ng/mL: alto riesgo; más de 100 ng/mL: riesgo grave e indicación de interrupción inmediata del embarazo, independientemente de las semanas de gestación.

El diagnóstico se realiza a través de análisis de sangre que miden los niveles de ácidos biliares y pruebas hepáticas. Una vez detectada, el tratamiento se orienta a controlar los síntomas maternos y, sobre todo, a evitar complicaciones fetales. En algunos casos, puede indicarse la inducción del parto anticipado para proteger al bebé.