La historia de un matrimonio nica que impregnó su amor en un vivero de Rosas del Desierto

Su pasión por esta plantas los llevó a aprender a cuidarlas y ahora llevan 10 años viviendo de este negocio


Keylin Ruiz y su esposo Raimundo Solórzano pasan buena parte de su día cuidando de su pequeño vivero instalado en su hogar, ahí cultivan Adenium obesum o Rosas del Desierto, una planta exótica traída desde África, Arabia Saudita y Asia.

Todo comenzó como un hobbie, cuando esta pareja hace 10 años se dedicó a coleccionar esta variedad de plantas, pero lo que nunca imaginaron es que su pasión, al corto tiempo se convertiría en una idea de negocio.

“Hace como unos cinco años empezamos a ofrecerles a emprendedores, a personas viveristas. Empezamos a venderlas, no teníamos mucha variedad, eran colores rojos, rosados, blancos. Hace año y medio empezamos a traer un poco más de (variedad) de colores”, relató Ruiz quien aseguró que actualmente les va muy bien en este negocio.

Con el paso del tiempo, la práctica y la dedicación les fue dando mucha experiencia en el cuido de estas plantas suculentas o crasas, que necesitan según Ruiz, al menos 6 horas de sol diarias, riego de cada 3 días y sustrato, que drene bien el agua, abono de osmocote, además de podas ocasionales.

Ruiz explicó que en su vivero trabajan con semillas taiwanesas y tailandesas, además, relató que actualmente practica mucho la polinización cruzada “que es tomar el polen de una planta de un color y mezclarlo con otro” para obtener un nueva variedad de color.

“Gracias a Dios logré sacar como 500 semillas las cuales ya están en desarrollo”, agregó.

Este negocio familiar espera abrirse mercado al ofrecer Rosas del Desierto como un detalle único que puede utilizarse para obsequiar en fechas especiales.

Cada suculenta de Rosa del Desierto, de acuerdo a su tamaño y color, tiene un costo que va desde los 500 córdobas o más.

Al igual que estas plantas, los sueños que tiene esta familia en su negocio cada día crecen y esperan verlo florecer con éxito. A pesar de los altos y bajos que han enfrentado en el camino, no han desistido en su emprendimiento.

"Queremos crecer, esa es nuestra meta, tener tal vez un lugar más grande donde podamos desarrollar más plantas”, comentó.