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El Festival de Busan se deja seducir por la mirada de la nicaragüense Laura Baumeister

La cineasta nica fue reconocida con su filme "La hija de todas las rabias", en el Festival Internacional de Cine de Busan, que se celebra anualmente Corea del Sur.


El Festival de Busan recibió este sábado con entusiasmo "La hija de todas las rabias", filme en el que la nicaragüense Laura Beimester, defensora de una mirada femenina sin ataduras, explora la relación madre-hija bajo el prisma de la supervivencia y la superación.

"La hija de todas las rabias", que se proyecta fuera de concurso, cuenta la historia de María, una niña que sobrevive junto a su madre recogiendo desechos del vertedero y que en un momento dado tendrá que encarar la desventura de la separación haciendo uso de una poderosa imaginación.

Baumeister (Managua, 1983), ya había explorado el "binomio madre-hija" en cortos anteriores y para su debut en el largo decidió situar a sus personajes en el vertedero y la comunidad que lo rodea cuando empezó a escribir el guión hace cinco años.

La cineasta conoció el vertedero municipal de su ciudad a los 16 años participando tres meses en un programa de alfabetización de su escuela.

La imagen de esa región bañada en basura le generó un conflicto de manera automática y le fascinó conocer las vidas que giraban en torno al lugar, especialmente las de los niños y las historias que le contaban.

"Pude ver como pese a la adversidad tenían esa imaginación inherente a la infancia, como un terreno todavía muy fértil que luego por desgracia la sociedad va secando y normativizando después", explica Baumeister en entrevista con Efe.

María parte del peor de los escenarios -"ser pobre, menor de edad y mujer es estar en lo más bajo de la cadena alimenticia"- pero será ese pulso interior el que la hará salir reforzada.

"La forma en la que María se enfrenta al cataclismo honra el espíritu de las mujeres fuertes y activas de Nicaragua", afirma Baumeister.

"Este relato, por muy fantástico que sea, le da María la posibilidad de ser la hija de una maga, de alguien que combustiona la rabia", añade.

Coproducido por siete países diferentes, "La hija de todas las rabias" supuso un reto mayúsculo para ver la luz.

Al hecho de la falta total de financiación, se suma el desafío de rodar en 2021, cuando aún no había vacunas para la covid, de traer a miembros del equipo desde Costa Rica, Guatemala o México o de trabajar con un elenco en gran parte infantil y amateur.

México -su "segunda casa", como llama Baumeister al país norteamericano- será escenario de sus dos próximos proyectos, un filme de terror basado en el caso real de una mujer que fue quemada por sospechas estar poseída y una suerte de continuación de lo vivido por María, que en este caso es una mujer adulta capaz de convertirse en un animal.

Esta idea de transmutación es un tema conectado a la identidad, algo muy de relieve ahora mismo, apunta la directora.

"La gente no quiere ser solo una cosa. Se quiere poder fluir más y ese fluir te puede liberar", asegura.

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