Familias de estudiantes con discapacidad demandan mejora en calidad de educación inclusiva

Según los padres de familia, sus hijos necesitan que el Estado les brinde las herramientas necesarias para poder tener una educación inclusiva


Compromiso para mejorar la calidad de la educación inclusiva, es lo que demanda al gobierno la Asociación de Padres de Familia con Hijos con Discapacidad, Los Pipitos a través de la campaña denominada "La educación inclusiva si es posible".

Si bien esta organización reconoce que el país cuenta con una política que reconoce la educación inclusiva, todavía hay enormes deficiencias en el actual sistema, que terminan afectando la calidad del aprendizaje en los estudiantes con discapacidad.

Leonor Gutiérrez, presidente de Los Pipitos, fue enfática al señalar que darle respuesta a este problema no tiene que ver solamente con garantizar la construcción de infraestructura adecuada como rampas de acceso en las escuelas si no con acciones que van más allá de eso.

“Siempre pensamos que la rampa (es la única) solución. Se necesitan interpretes de lenguaje de señas, maestras sombras que prepestes ayuden a otra maestra para que pueda trabajar (en el aula de clase) y esa es una respuesta institucional que se requiere, recursos y muchas capacidades para resolver este tema”, explicó.

La experiencia de Jason Sándigo, un adolescente con discapacidad intelectual que con perseverancia logró terminar recientemente su secundaria y se prepara para ir a la universidad, es vivo ejemplo de las adversidades que enfrentan los estudiantes como él cuando se integran al sistema público escolar.

Fátima Sándigo, madre de Jason relata que como familia, integrarlo al sistema educativo fue todo un desafío.

En la foto, Jason Sándigo en el centro junto a sus amigos y compañeros de clases Marcos Espinoza y  Oliver Hernández.

Para hablar de educación inclusiva se requieren ajustes en la currícula, ajustes en las infraestructuras, que sean accesibles. La discapacidad es una condición de vida, pero si damos los ajustes y el apoyo necesario llega”, señaló la madre del adolescente.

La familia Sándigo espera que su historia pueda instar a las autoridades y a toda la sociedad a mejorar el acceso a la educación de calidad a los niños y adolescentes con discapacidad en las escuelas públicas del país.

“El único obstáculo que Jason tuvo fue la sociedad, el simple hecho de haberle cerrado a él las puertas en otro tipo de colegios y negarle la educación”, sostuvo Marcos Espinoza, amigo y compañero de clases de Jason.

Para aportar a una mejor calidad educativa, la Asociación Los Pipitos ofrece talleres gratuitos sobre inclusión de niños con discapacidad, dirigidos a docentes.

También hacen circular en diversos centros educativos maletas que contienen herramientas para realizar juegos lúdicos en el aula de clase con el objetivo de que los alumnos puedan experimentar cómo se siente ser un estudiante con discapacidad.