Imagen referencial / Cortesía

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El Coco se convierte en el primer río de Centroamérica en ser nombrado geoparque por la Unesco

Según ambientalistas el Gobierno tiene la obligación de garantizar la protección de este sitio


La decisión de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) de incluir al Río Coco de Nicaragua como parte de los 15 nuevos sitios que fueron declarados como Geoparques Mundiales, es un llamado al Gobierno de Nicaragua para que garantice protección de este ecosistema que desde hace varios años sufre grave deterioro, según el ambientalista Amaru Ruiz.

Con este nombramiento, el Río Coco se convirtió en el primer río en entrar en esta categoría en América Central y el octavo en América Latina. Actualmente la red de Geoparques Mundiales de la Unesco se compone de 162 sitios en 41 países en todo el mundo.

La declaratoria fue aprobada en Paris, el marco de la 209 sesión del Consejo Ejecutivo de la Unesco, que sostendrá encuentros en la capital francesa entre el 29 de junio y 10 de julio.

Ruiz consideró que “más que un premio o reconocimiento, esto es un llamado para que el Estado de Nicaragua se preocupe por la conservación de este ecosistema” y que “es un llamado de la Unesco a establecer todas las medidas de protección para asegurar que se patrimonio internacional pueda ser conservado y protegido”.



De acuerdo a la Unesco, el Río Coco de una extensión de 680 kilómetros, es el más largo de Centroamérica y cuenta con 12 geo sitios de relevancia geológica internacional y paisajística.

“Un territorio único que integra los valores geológicos, estéticos y culturales para impulsar el turismo sostenible, la educación y la investigación”, expresó la Unesco.

En los últimos años han abundado las denuncias de comunitarios que viven a orillas o en las cercanías de este cuerpo de agua, que ya padecen sed por la destrucción de los bosques de pinos en las cuencas altas del río debido a la explotación maderera ilegal en esa zona.

Por su parte, Roamir Manzanares, consejero del Club de Jóvenes Ambientalistas, señaló que el proceso para que se declarara al Río Coco como geoparque de la Unesco tomó casi 2 décadas debido “al sistema de centralización y toma de decisión gubernamental”, lo que generó que esta declaración de la Unesco ocurriera de manera “muy tardía”.

Tras la declaratoria, Manzanares instó a incluir en el nivel de desarrollo del geoparque la participación cualitativa y cuantitativa de la población local sobre todo de las comunidades indígenas que pueden aportar valiosos conocimientos a nivel cultural, habilidades y estilos de vida tradicionales, correlacionados positivamente con la sostenibilidad ambiental, económica y social de esa región.