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Señales de alerta para detectar la desnutrición infantil

Según el último censo del Minsa, un 4.6% de niños hasta los 6 años se encuentra en desnutrición aguda


“Sofía”, de 15 años de edad, sufre una desnutrición crónica desde hace nueve años. Su peso es apenas de 40 libras y debido a su delicada condición tuvo que ser sometida una cirugía en su intestino para salvarle de una parasitosis.

Su madre, de iniciales A.I.A, aseguró que el peso mínimo que le han recomendado los nutricionistas para su hija es de 102 libras.

“Eran días duros, le había agarrado que no querían comer y si comía vomitaba verde y a veces eran hasta 2 días que no podía ni siquiera ir al baño, solo recuerdo que pegaba grito, me decía que la ayudara, que la sobara, pero yo solo la columna le podía sobar”, contó la madre de “Sofía”.

Para hacerle frente a esta realidad, el Centro de Rehabilitación Nutricional Infantil “El Buen Samaritano”, ubicado en San Ramón, Matagalpa, brinda asistencia a niños y niñas que padecen de desnutrición infantil.

Actualmente, el centro atiende a 29 niños, algunos viven de forma permanente en el lugar.

Martha Mena, médico nutricionista del centro y quien atiende el caso de Sofía, explicó que la parasitosis es una secuela de la desnutrición.

“Como pasan con la mayoría de niños que vienen acá, tienen una gran cantidad de parásitos y de huevecillos de parásitos que si no se tratan a tiempo produce esa obstrucción intestinal. Como se hace muy grande provoca una infección fuerte y los médicos se ven obligados a realizar una resección intestinal”, explicó la médico.

Los especialistas piden a los padres de familia poner atención a las primeras señales de alerta que podrían significar la condición de la desnutrición.

Según Martha Mendoza, brigadista del Centro Nutricional el Buen Samaritano, hay dos tipos de desnutrición: el marasmo, que es cuando el infante está delgado y kwashiorkor, que es cuando se ve rellenito el paciente, pero en realidad está inflamado.

“El padre de familia dice, es que mi niño está gordito, pero su pelo está amarillo, pierde el color, entonces ese es un signo de alarma que él tiene que ver; cuando su hijo está desnutrido pierde energía, el niño ya no está alegre, el niño está triste, algunos hasta comen tierra, todos esos son signos de alarma”, expresó la especialista.

Mendoza refirió que incluso en las clases se puede reflejar la secuela de la desnutrición y a nivel físico con el decaimiento.

“Hay padres que por ejemplo dicen mi hijo está grande y apenas va a segundo grado, pero después de un tiempo notan que no avanzan en su aprendizaje y empiezan a tratar mal al niño, sin darse cuenta que esa también puede ser una consecuencia de la desnutrición y mala alimentación, ya no tiene la misma capacidad mental para aprender”, enfatizó Mendoza.

En cuanto a la alimentación a los niños y niñas con esta condición, Nidia del Socorro Figueroa, enfermera, considera necesario respetar los horarios para lograr una recuperación.

“Para los niños desnutridos son fraccionados los tiempos de comidas, cada hora o cada 4 horas, hay que darle poquitas cantidades para que su estómago pueda tolerarlo, es una atención permanente y de todo el día para poder recuperarse”, indicó Figueroa.

Este Centro de Rehabilitación Nutricional necesita ayuda para seguir brindando de manera gratuita atención a la niñez con desnutrición en Nicaragua, por ello buscan voluntarios, donación de granos básicos, leche, ropa y medicamentos.