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Tigrillo fue víctima de "biocidio", dicen ambientalistas

Presencia de este animalito en zonas pobladas demuestran deterioro de su hábitat natural, indica organización.


Una escena triste para la fauna y flora nicaragüense se vivió en la comunidad de La Flor de Ciudad Darío en Matagalpa, donde pobladores acabaron con la vida de un ocelote o trigrillo, bajo la justificación que se comía a los animales de crianza en los patios de las casas.

La Organización de Jóvenes Ambientalistas, mediante un comunicado, denunció que este felino está protegido por las leyes de biodiversidad del país y en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES), suscrita por Nicaragua en 1973 y ratificada el 15 de agosto de 1977, por lo tanto, es deber de instituciones gubernamentales y ciudadanos respetarlas y protegerlas.

Raomir Manzanares, concejero de los Jóvenes Ambientalistas, aseguró que esto se trata de un “biocidio”, es decir, un acto que implicó la muerte del animal sin justificación válida.

El término está tipificado en la Ley para la protección y el bienestar de los animales domésticos y animales silvestres domesticados, Ley 747. El inciso 10 del artículo 9, considera que “todo acto que implique la muerte del animal sin necesidad es un biocidio, es decir, un crimen contra la vida”.

Mientras tanto, el Código Penal de Nicaragua establece que será sancionado, con pena de uno a cuatro años de prisión y de quinientos a mil días multa, los ciudadanos que cace animales que han sido declarados en peligro de extinción por los instrumentos internacionales ratificados por el Estado.

Según el especialista, si estas especies silvestres se acercan a los poblados como lo hizo el ocelote, se debe a que sus hábitats naturales están bajo peligro, lo que empuja a replantearse sus zonas donde vivir y cazar.

“Si se acerca a poblados rurales como lo hizo este individuo, indica de alguna manera que su hábitat natural está bajo peligro, y qué hacemos nosotros se mata al individuo, esto demuestra que no existe un plan de protección ni de las especies en peligro de extinción, ni de las especies que están en CITES, no existe una campaña no existen fondos para atender estas situaciones”, dijo Manzanares.

Según el ambientalista, la falta de inversión en estas temáticas no es por presupuesto bajo, sino por falta de planeación.

“Las instituciones que deben normar, regular, vigilar, monitorear y estar al tanto de todos los estudios de impacto ambiental no lo están haciendo, no es primera vez que una tragedia como la matanza de una especie sucede, es tan importante para el cuidado de nuestra vida silvestre se presenta en Nicaragua”, mencionó Manzanares.

Las autoridades gubernamentales, ambientales y policiales, aún no se han pronunciado ante esta situación y han buscado a los responsables del hecho.

El ocelote está en preocupación menor Lista Roja de Especies en Peligro de Extinción de Nicaragua, pero la alerta debe movilizar a autoridades a acelerar su protección.