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Las secuelas del parricidio: Urge prevención comunitaria, dicen expertos

Tres parricidios en menos de una semana se generaron en Nicaragua,


El aumento de casos de parricidios en Nicaragua, es un signo de alerta para los ciudadanos que viven en barrios o comunidades donde actualmente existen casos de violencia intrafamiliar y que necesitan de una intervención a nivel comunitario, según la psiquiatra Gioconda Cajina.

Tres parricidios en menos de 48 horas se registraron en Nicaragua este jueves 23 de febrero y viernes 24 de febrero, en los departamentos de Carazo, Chinandega y Matagalpa, pero los acusados ya están tras las rejas.

La especialista señala que cuando se genera violencia intrafamiliar que pudo ser evitada por algún vecino o vecina al denunciar ante las autoridades, estos desenlaces fatales les genera sentimiento de culpabilidad.

“Un hijo no soporta ver a su madre castigada, un hijo odia al padre violento y el odio se va acumulando, llega un momento que viene a suceder algo inesperado como quitarle la vida a quienes se la dieron”, dijo.

Violencia por herencias

Cajina considera que la situación económica actual que vive el país, también podría está incidiendo en estas muestras de violencia, porque algunos de los casos son crímenes por el robo de dinero al mismo familiar.

“Estamos viendo que están cometiendo crímenes por dinero por herencias, esas situaciones de crímenes por dinero en lamentable porque acuérdense los vemos en muchas películas y documentales, que con motivo de tomar el trono, la reina y el hijo se ponen de acuerdo para matar al papa, es un ejemplo, se nos olvida que lo que vemos en la televisión es para que no sea replicado”, añade.

Gioconda Cajina, psiquiatra Intento de justificación del delito

La especialista reconoce que para quienes cometen este delito la vida no es la misma, existe un intento de justificación por el crimen que cometió.

“Son capaces de negar al familiar que han matado, de decir es que no era mi padre, no era mi hermano, no era mi mamá, con tal de justificar el crimen, eso es lo que lo mantiene con vida terrenal, pero espiritual ya no la hay”, menciona.

El abogado Yader Dávila, afirma que estos crímenes dejan también un daño a nivel comunitario y no solo familiar, que el Ministerio de Salud y las autoridades policiales están facultados para atender, según las normas jurídicas.

“El Gobierno puede ejecutar campañas de conciencias en las escuelas cercanas a donde sucedió el hecho, a las universidades, el sistema de salud puede promover una campaña de integración, atención psicológica, hacer todo tipo de charlas, la idea es generar prevención para que estos delitos no vuelvan a ocurrir”, específica.

Promover la denuncia de la violencia intrafamiliar

El sentimiento de culpabilidad del que habla la psiquiatra, según Dávila, convierte a esa comunidad en un sitio de riesgo y brinda lecciones de cómo actuar ante estos casos a nivel judicial en la denuncia de casos de violencia intrafamiliar.

“Porque ese padre que fue asesinado por su hijo, no era la primera vez que agredía a su esposa o cónyuge, ya no era la primera vez que estaba cometiendo algún tipo de patrones de alerta y como es costumbre, el vecino dice, no me voy a involucrar porque no quiero la cónyuge o el mismo agresor tome represalias contra mí, pero es que son delitos que pueden ser acusados de forma anónima”, enfatiza.

Tres parricidios en 48 horas

Ismael Avendaño le quitó la vida a su padre José Antonio AvendañoLa víctima de parricidio más reciente, fue Elvis Francisco Galeano Lira, de 27 años de edad, quien, al intentar agredir a su madre, fue asesinado por su propio hermano de 16 años cuando salió en defensa de su progenitora.

El hecho sucedió en el barrio Modesto Palma, en el municipio de Chichigalpa, del departamento de Chinandega.

El otro caso ocurrió en una comunidad de Muy Muy en Matagalpa, Ismael Avendaño le quitó la vida a su padre José Antonio Avendaño con la intención de robarle el dinero obtenido de la venta de una cosecha de frijoles.

El tercer crimen fue en el barrio El Aguacate del municipio de Jinotepe, departamento de Carazo, donde Juan Ramón García es acusado de matar a su propio hijo 16 años cuando este intervino en defensa de su madre, según medios locales.

Según el Código Penal de Nicaragua, el artículo 139 establece que este delito lo comete quien, a sabiendas del vínculo que lo une, prive de la vida a su ascendiente, descendiente, hermano, cónyuge o conviviente en unión de hecho estable.

Las penas van de quince a veinte años de prisión.

Si concurriera alguna de las circunstancias de asesinato, la pena será de veinte a veinticinco años de prisión.

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