Michael García / VOS TV

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Niño con parálisis cerebral necesita máquina succionadora de flema

Una muerte súbita o paro cardiaco en cualquier momento, es el diagnóstico de los médicos.


Cada día de su vida es una victoria para Sadrac David Hernández Treminio, de 8 años de edad, y su madre Alma Yuri Treminio, puesto que ha sido diagnosticado con parálisis cerebral infantil progresiva y convulsiones epilépticas, por lo que solo le daban tres años de vida.

El detonante de sus enfermedades fue una negligencia médica al nacer en un hospital público de Managua, asegura su madre, pues venía con el cordón umbilical ajustado al cuello.

“Ellos me dijeron que cuando el niño estuviera en el canal del parto, le iban a quitar la circular del cordón, lo cual no sucedió, porque el niño más bien se ajustó más y tuvo una asfixia severa al nacer, que provocó un derramamiento, pasó de inmediato a cuidados intensivos”, contó Alma Yuri.

A su corta edad, ya son 23 intubaciones y 10 cirugías a las que ha tenido que someterse y en una de ellas se agregó como nuevo problema de salud un daño a la tráquea.

Aunque han sido casi nueve años de lucha, es ahora que su madre urge de mayor ayuda para poder recaudar fondos para adquirir una máquina succionadora de flema para su traqueotomía.

“Lo he tenido que hacer manualmente, he tenido que meterle 20 cc de solución salina, manipular la traqueotomía para que él pueda toser y pueda expulsar la flema, pero lleva riesgo, porque si en una de esas, el agua se queda solamente en la tráquea, se le va el pulmón, me broncosaspira y podría darle un paro cardíaco", relata.

Sadrac ha vencido todos los diagnósticos médicos, porque a su madre le dijeron que a lo mucho viviría hasta los tres años.

“Lo que él puede tener es una muerte súbita, puede quedarse dormido y ya no puede despertar o en una neumonía le puede dar un paro cardíaco, médicamente eso puede pasar, pero yo lo que hago es disfrutarlo todos los días”, menciona.

El infante no puede moverse en lo absoluto y depende enteramente de su madre, quien trabaja de afanadora tres días a la semana en un taller de su abuela, quien le proporciona a ella y a sus otros tres hermanos un lugar donde vivir.

“Me ha fortalecido, porque en esas 23 intubaciones que él ha tenido me han dicho que hasta ese momento iba a llegar, pero siempre me he aferrado a Dios y no es lo que los médicos digan, aquí es lo que él diga”, remarca.

El niño también necesita un colchón especial para evitar que se le formen llagas en la piel, un coche para poder movilizarlo y medicamentos en los que gasta 2,000 córdobas al mes.

Si desea apoyar a esta familia, puede llamar al número +505 8779 4864 o visitarle en su hogar en el barrio Villa Venezuela, de la Iglesia Madre de Dios, 2 cuadras arriba, 2 cuadra y media al sur, costado norte del parque del sector H.

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