Laura Vílchez
San Lázaro, la fiesta de los perritos sanados y disfrazados
Esta festividad se lleva a cabo el V domingo de Cuaresma, días antes del inicio de la Semana Santa.
Devotos y peregrinos se dieron cita en el pueblo indígena de Monimbó, para vivir las fiestas en honor a San Lázaro, a quien llaman el santo patrono de los animales y de quienes poseen algunas enfermedades en la piel.
Esta festividad se lleva a cabo en la Parroquia Santa Maria Magdalena y aunque no tiene una fecha exacta de inicio, algunos oriundos de la zona consideran que podría datar desde más de 80 años.
Aneth Molina, este año no pudo ser acompañada por su perrita Mitzi, como lo hacía cada año, pero en sustitución creó un mural con las principales fotos de su mascota, quien por la intercesión de San Lázaro logró sanarse tras una cirugía.
"Está un poco débil por eso no nos pudo acompañar, porque la sometimos a una esterilización y se complicó, por eso hemos pedido a Dios a través de San Lázaro que la dejara con vida y así lo hizo", añadió.
El padre Alberto Mercado, párroco de este templo, explicó que se realiza un domingo antes del inicio de la Semana Santa, permitiendo que cientos de católicos disfracen a sus perros y participen de la Santa Misa.
"Es una tradición que nos hace un llamado a cuidar a todas las criaturas, que han sido creadas por Dios, amar también a nuestras mascotas", dijo Mercado.
Durante estas fiestas un comité se encarga de acercar a las mascotas a la imagen de San Lázaro y ofertar velas que son colocadas agradeciendo algún favor o pidiendo la intercesión, según Antonio Puerta, integrante del comité.
"Son cientos de personas que desde ayer sábado están viniendo a pagar promesas, incluso gente que no vienen con sus mascotas, sino que ellos mismos han pedido sanación por alguna enfermedad en su piel y se llenan de chicha representando las llagas que quizás han sido ya curadas", expresó.
Lázaro aparece en el evangelio de San Lucas y es descrito como un mendigo a quien siempre le acompañaban sus mascotas, en este caso perritos que incluso en ocasiones lamían sus llagas y con quien compartía el alimento recibido por buenos samaritanos.
