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La poliomielitis no le impidió convertirse en madre y modista

Aleyda Bojorge de 58 años, nunca imaginó que su pasión por la moda la llevaría a crear piezas únicas.


El sonido inconfundible de su máquina de coser, es la compañía perfecta de doña Aleyda del Socorro Bojorge, de 58 años, habitante de Managua, quien descubrió en esta profesión su pasión por las tendencias de la moda y sus habilidades para hacer creaciones únicas.

A pesar de una discapacidad físico motora causada por la Poliomielitis (una enfermedad viral que puede afectar la médula espinal causando debilidad muscular y parálisis) que le fue diagnosticada cuando tenía 12 años, no perdió el sueño de ser una gran modista que busca abrirse paso en Nicaragua.

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Sus primeros estudios fueron en una academia de capital estadounidense que se ubicaba en el barrio El Riguero y auspiciada por un tío, quien le aportaba la mensualidad.

“En un año yo aprendí a coser y también aprendí todo lo que es la alta costura, pero el modismo, eso no se puede hacer, uno nace con eso, con el ingenio y la creatividad”, expresó.

Relató que en ese momento no existían las máquinas eléctricas como la actuales, es decir, todas eran a base de pedal.

“Con un solo pie trabajaba el pedal, mi pie bueno, es el izquierdo, ponía la máquina cerca para poder flexionarlo bien y diario tenía que ponerle aceite para que estuviera suavecita, nunca fue un impedimento”, narró Bojorge.

Aleyda reconoció que desde pequeña los conflictos familiares en lugar de ser un obstáculo se convirtieron en un aliento de vida para romper ese círculo de violencia y salir adelante sola pese a su condición.

“Era una familia disfuncional, peleas todos los días entre mis padres, entonces era eso lo que me impulsaba a poder ganar mi propio dinero”, recordó Aleyda.

A los 17 años entregó sus primeros diseños, la mayoría de ellos de bodas, 15 años y bautismo, todos con diseño único, Aleyda logró obtener su terreno y posteriormente construir su vivienda.

Tener su propia familia era un sueño a cumplir para Aleyda, a los17 años empezó a vivir sola, en su propio hogar, luego conoció a su esposo Manuel Jarquín, con quien lleva 40 años de matrimonio y logró procrear a dos hijos, la mujer tiene 34 años de edad, llamada Keyling, licenciada en Farmacia, y un varón llamado Heber, de 30 años de edad, quien es ingeniero industrial.

“Yo quería un hijo y no me interesaba que se fuera o no mi marido, si duraba o no con él, yo quería mi hijo y eso es todo, si se acaba y se va, que vaya, pero no, ya 40 años juntos”, rememoró.

La fe movió montañas y aunque era un embarazo de alto riesgo, tenía la confianza que nacería con bien.

“Los doctores se agarraban la cabeza, no sabían que hacer, uno dijo -bueno tendrá que ser cesaría- y otro se opuso y le dijo que era imposible porque podía tocarme la columna con ese procedimiento; lo que podía pasar es que no tuviera fuerza para expulsar al bebé y pues él muriera en el intento, pero gracias a Dios fueron nulas las complicaciones”, añadió Bojorge.

Incluso Aleyda pensó que la poliomielitis se podía heredar y creyó que sus hijos e hijas batallarían con la misma discapacidad.

“Los doctores me aclararon que nada de eso iba a pasar, que mi embarazo iba a normal y que mi parto igual fue normal”, señaló.

Actualmente, los diseños de Aleyda están presentes en el Centro Comercial Managua, en donde varias tiendas son sus aliadas y han logrado colocar sus productos en el mercado nacional.

“Es mi familia la inspiración, porque son pensando en ellos que desarrollo cada diseño, cada diseño de boda, de 15 años, de cualquier fiesta, son diferentes y cada uno representa un logro”, refirió.

Esta valiente mujer también hace trajes de folclore, trajes para distintas carreras médicas y cosplay de animes, que son favoritos de su nieta de 19 años de edad, son de sus máximas creaciones y orgullo, por la pasión y amor que le pone a cada enhebrada de hilo, en cada paso de la máquina por la tela.

Aunque en algún momento pensó en optar por ser doctora Ortopédica, para que los niños en su condición no pasarán las dificultades, lo cierto es que ahora como modista hasta busca sucesora.

“Mi nieta más pequeña, le encanta coser conmigo, cada viernes viene a acompañarme y aprender, le digo a su madre que la deje si quiere aprender”, indicó.

Sin duda Aleyda es una madre impregnada de orgullo nicaragüense y que pese a las dificultades y barreras impuestas por la vida no se ha dejado vencer, así la reconocen sus hijos a quienes a punto de máquina de coser logró sacarlos adelante.