“Otito” el valiente masatepino que murió por 3 minutos y regresó a la vida

Otoniel fue reportado médicamente como fallecido, no tenía signos vitales y los médicos habían hecho lo posible por revivirlo; pero luego de tres minutos este joven volvió a la vida.


Otoniel Larios Chavarría es un joven de 20 años, originario de Masatepe, municipio del departamento de Masaya. Nació sin ninguna enfermedad, dentro de una familia con valores y bastante religiosa; tenía como cualquier otro adolescente proyectos educativos e incursionó en la carrera de ingeniería en sistema en Managua.

En el 2018 las cosas empezaron a cambiar para él y su familia, de repente Otoniel empezó a sentir algunos síntomas que lo hicieron perder de peso, calentura, pérdida del apetito y falta de concentración; una alerta que hizo que fuese llevado de inmediato a un hospital.

“En febrero del 2018 empecé a sentir fiebre, dolor en el cuerpo, cansancio, falta de apetito y para eso tiempo estaba lo del Zika y Chikungunya, pensábamos que era algo de eso, entonces me llevaron donde un médico internista privado aquí en Masatepe, me vio, me recetó tratamiento, pero no mejoré", cuenta Otoniel Larios.

"Luego de un mes que duraba el tratamiento no vimos ningún cambio y volvimos a ir, nos dijeron que podría ser algunos síntomas de fiebre reumática y me hice pruebas, al ver que no teníamos un resultado me llevaron al hospital de Jinotepe y me dieron cita para un mes", recuerda.

Por varios meses Otoniel pasó dentro del hospital sin saber con exactitud lo que le ocurría, tras varios exámenes, análisis y observaciones médicas los galenos no sabían con certeza la enfermedad que atacaba a este joven. Su cumpleaños número 17 lo pasó en una sala del hospital; algo que lo frustró mucho.

"Nunca había estado en un hospital, solo consultas rápidas, pero nunca me habían hospitalizado, es duro que no te digan nada, que no sepan lo que tenés y eso me dolió, me conmovió. Ese día, un 11 de septiembre, yo me acosté llorando, enojado, frustrado, sin respuesta y yo blasfemé contra Dios y le dije que si él existiera, yo no me hubiera enfermado, no hubiera pasado lo que estaba pasando en ese momento".

Este joven, al ver la falta de respuesta médica, empezó a cuestionar a Dios sobre su enfermedad y dudando de su compañía en ese momento. Espiritualmente, Otoniel estaba perdiendo la batalla, pero de pronto todo cambió. Fue reportado médicamente como fallecido, no tenía signos vitales y los médicos habían hecho lo posible por revivirlo; pero luego de tres minutos este joven volvió a la vida y asegura que tuvo un encuentro con Dios.

"Cuando yo me duermo, siento que me despierto, pero no me percato que estaba soñando, busco a mi papá y no estaba, lo que veo es un doctor que entra a la sala de varones y pregunta por mi nombre, él me dijo que quería hablar conmigo, nos salimos a una banca, me dijo que sabía que estaba pasando por algo difícil siendo joven, que estaba en un hospital sin saber que tenía, pero que a veces en estas pruebas es donde Dios tiene más presencia en mi corazón y que debía tenerlo siempre presente", cuenta.

"A pesar de que renegaba, me repetía que iba a superar la enfermedad y que iba a ver muchas maravillas de Dios en mi vida; esas fueron palabras que yo necesitaba, que me sirvieron y me devolvieron la fe, luego sentí una paz en el sueño, cuando yo despierto, veo a mi papá consternado y asustado porque en el lapso que yo sentí que estaba en ese sueño, había fallecido por un lapso de 2 o 3 minutos y los doctores ya le habían dado la noticia", manifiesta.

Sergio Larios, papá de Otoniel, recuerda que cuando le dieron la noticia que su hijo había fallecido, "me arrodille a orar a los pies de Otoniel y luego agarre el teléfono para llamar a mi esposa y decirle que alistara la casa porque se nos había muerto Otoniel, pero en ese lapso, Otoniel despertó, era una alegría que uno no la puede describir porque estaba viendo a mi hijo vivir de nuevo; entonces solamente dijeron que Otoniel había muerto, pero que había regresado".

Esta experiencia hizo cambiar la percepción de la familia sobre lo que estaban atravesando y empezaron a orar a Dios en agradecimiento por haberle dado una segunda oportunidad de vida a este joven que atravesaba una enfermedad.

"Comenzamos a cambiar de actitud, a ver a Dios de otra manera, a buscarlo de otra manera, a pedirle con toda la sinceridad, despojando sentimientos negativos y yo le dije a Dios que si él nos dejaba a Otoniel yo cambiaría" dice Sergio Larios

"La verdad es que me impactó porque el señor tuvo misericordia de nosotros dejándonos a nuestro hijo, cuando se dio ese momento yo solo pensé -señor, que en este encuentro con vos que tenga misericordia de nosotros, porque mi hijo si es tuyo, pues nosotros te lo entregamos, pero si no, pues ayúdanos a verla la forma de que él encontrara la sanación, y fue lo que él nos dio", recuerda Elba Chavarría, madre de Otoniel.

A pesar de esto, Otoniel continuaba con la incertidumbre de la enfermedad que lo acechaba y es trasladado a otro centro médico donde le realizan más exámenes, en esa segunda búsqueda de respuesta Otoniel es diagnosticado con leucemia que es un cáncer que surge en el sistema linfático, llamado linfoma, es el cáncer de sangre que ocurre con más frecuencia.

"Cuando voy y pregunto en el hospital cuál es la clínica 14, me dicen que es la clínica del cáncer (...) continuamos viajando al hospital, yo salía del hospital al trabajo y viceversa, en febrero de 2018, el doctor nos llevó a una sala donde le estaban aplicando quimioterapia a una serie de pacientes, el doctor le dijo a Otoniel que si sabía lo que tenía y le dijo que tenía leucemia, él lo tomó de la mejor manera, con tranquilidad que yo jamás me imagine, en el caso mío yo salí llorando", revela su papá

"Si me impactó, pero no de la manera que hubiera sido sin saber, yo antes había leído lo que me pudiera decir, entonces lo tomé de una manera tranquila, vi que mi papá le costó asimilarlo, él no lo esperaba ni lo sabía porque no le conté nada de que se trataba", dijo Otoniel.

Con este diagnóstico, la familia Larios Chavarría empezó una batalla para conseguir medicamentos, tratamientos, dieta adecuada y nunca alejarse de Dios para salir de esta adversidad.

Con los años, Otoniel fue asimilando poco a poco el medicamento para combatir la leucemia, empezó a asimilar los alimentos, mejorar su concentración y recuperar fuerzas; sin embargo, un dolor en la cadera que él desestimó le generó una nueva alerta a la familia, e inmediatamente recurrió a un especialista.

Tras varios resultados, Otoniel se enfrentaba a una nueva batalla; había sido diagnosticada con necrosis avascular de cadera, los huesos se le habían descompuesto y urgía un reemplazo de su cadera izquierda como derecha. Esto se convirtió en un nuevo golpe para la familia. Otoniel tuvo que usar muletas y silla de ruedas para movilizarse.

"Ignoraba el dolor porque yo pensaba que era por la artritis inducida por la leucemia y los mismos dolores de la enfermedad, nunca le puse especial atención, a la siguiente cita yo le comenté eso al médico, en ese momento el médico me mandó unas radiografías y exámenes, usé bastón, luego andarivel y por último me vi obligado a usar una silla de rueda, en la lectura de mi primera radiografía salía rasgos de necrosis avascular de cadera", apunta.

Con este diagnóstico, la familia empezó a ver la presencia de Dios en su vida, y es que sus vecinos organizaron un comité para realizar colectas y actividades para que Otoniel tuviera el dinero necesario para realizarse las cirugías y mantener los tratamientos. Incluso se realizaron campañas en redes sociales donde se habilitaron cuentas bancarias para depositar una ayuda. La gente, tanto de Nicaragua y el extranjero, no esperó en ayudarlos.

"Y así fuimos buscando, al final hay personas que están fuera del país que han mantenido la amistad y el contacto conmigo, nos ayudaron para que Otoniel logre terminar con éxito su sanación total, esas personas nos ayudan con dinero para el medicamento y están pendientes, durante el proceso de las actividades hubo personas muy pobres, muy humildes, muy sencillas se acercaron a esta casa y nos trajeron parte de su dinero", dice Sergio Larios.Una de las cosas que ama este joven es pasar tiempo con sus mascotas

El 24 de marzo del 2021, este joven ingresó al quirófano para hacer el reemplazo de su primera cadera, la segunda operación la tuvo el primero de abril del 2022, fue todo un éxito. En el 2020 el gasto por esta cirugía rondaba los 10 mil dólares, pero por la pandemia de la covid-19 que encareció los servicios y equipos el costo se elevó a 30 mil dólares. Todo esto fue posible gracias a buenos corazones de personas que se unieron a ayudar y salvar a esta familia.

"En primera instancia buscamos el costo de todo, teníamos más de dos años de luchar con él, con sus medicamentos y no teníamos nada, pero Dios es grande y misericordioso, amigos de Sergio organizaron una campaña y una kermesse, actividades para recaudar fondos para su cirugía, pensamos que eran unos 10 mil dólares, pero luego nos dimos cuenta de que eran más y la verdad que mucha gente nos apoyó, se volcó la ayuda", explica doña Elba.

En medio de la recuperación; Otoniel da paso agigantados, porque demuestra deseos de salir adelante, avanzar en sus proyectos y tener la vida que tuvo antes del 2018. Poco a poco demuestra una mejoría satisfactoria a la par de su familia, y su relación con Dios ha mejorado desde que ha vivido estas experiencias.

"A mí me conmovió que personas de tu comunidad se acerquen mediante un acto de bondad y generosidad y que no tiene precio, fue una bendición, porque fue muy grande, vino mucha gente que sin conocerme vinieron a apoyar, gracias a Dios se superaron las expectativas", dice Otoniel.

Este joven estudia inglés, su sueño es volver a la universidad para ser el ingeniero en sistemas que siempre deseó. Su meta es curarse por completo, estar con su familia, continuar con su carrera y servirle a Dios como forma de gratitud.

Cada día, aprende cosas nuevas a la par de sus padres y sus mascotas que tanto adora, apoya en su casa atendiendo una venta familiar. En cuanto a la leucemia, parece que un milagro sanó a este joven y es que luego de varios exámenes para conocer su estado; los resultados salieron controlados; un caso que ni su mismo médico pudo explicar; sin embargo, Otoniel sigue cuidándose para evitar recaídas y rezando a Dios para terminar esta lucha física y espiritual.

"Hace 10 meses yo mejore en mis exámenes de sangre, son los que van controlando las actividades de la leucemia, lo exámenes aparecían normales y el oncólogo aunque no dijo nada en ese momento, pensó que había sido un error del laboratorio, al siguiente mes volvimos y los exámenes salen normales, y ahí si me dijo que es raro notar estos cambios porque no había recibido quimioterapia intravenosa y tampoco has recibido trasplante de células madres", expresa.

"El médico me mandó hacer exámenes y salían normales, estaba asombrado, en ese momento me dijo que si de ocho a diez meses los exámenes salían nuevamente normales, que lo considerara como otro milagro que me hizo Dios, porque no podía darme una prueba o explicación médica, los exámenes han salido normales hasta el día de hoy", resalta.

Sus padres siempre viven agradecidos con Dios y las personas que ayudaron para la recuperación de su hijo

Este joven valiente que literalmente regresó de la muerte y dice que tuvo contacto con Jesucristo, sabe que Dios le dio una segunda oportunidad para un propósito.