Gerald Román realizando un tatuaje.

Gerald Román realizando un tatuaje.

Tatuar "es lo que me mantiene a mí y a mi hijo"

Sin embargo, todavía lucha contra los estereotipos, pues a pesar de ser un profesional los tatuajes aún visibles en sus brazos, llaman la atención de quienes ven los dibujos como algo menos que arte.


El tatuaje para muchos es una forma de expresión, sin embargo para otro sector de la sociedad tiene una connotación negativa, para Gerald Román es un arte y una forma de vida con la que ha mantenido a su familia por más de cinco años.

Gerald Román es un joven que estudió la Carrera de Diseño Gráfico y aunque se dedicó por varios años a su carrera, decidió que quería probar algo nuevo y empezó a tatuar de forma empírica a sus amigos y conocidos.

“Anteriormente me dedicaba al diseño y a la publicidad, no era como lo mío, no me gustaba estar detrás de una computadora todo el tiempo, una vez inicié a tatuar a unos amigos. Para mí el tatuaje es un arte y se ha convertido en una forma de vida, es lo que me mantiene a mí y a mi hijo, para mí es todo”, dijo Gerald Román.

Gerald Román en sus labores diarias como tatuador

Román se describe como un artista que tiene el reto de representar su trabajo como un arte y no como una “vagancia”, dice que en sus años de empleo ha tenido la oportunidad de tatuar a doctores, licenciados y “todo tipo de personas profesionales”, por lo que está seguro que la perspectiva de la sociedad sobre los tatuajes ha cambiado en los últimos años.

Sin embargo, todavía lucha contra los estereotipos, pues a pesar de ser un profesional, los tatuajes aún visibles en sus brazos, llaman la atención de quienes ven los dibujos como algo menos que arte.

“Hay personas que juzgan, y sería bueno llegar hasta la mente de esas personas para que entiendan que esto no es vagancia, nosotros los tatuadores lo hacemos como un trabajo normal, ganamos de la misma manera que gana ellos y mantenemos a nuestra familia igual”, expresó Román.

Pese a todo, Gerald aseguró que renunciaría nuevamente a su trabajo formal por dedicarse a tatuar personas, pues dice “el estar tatuado no te hace menos ni te hace más” y afirmó que cada dibujo que realiza es un arte que guarda sentimientos, momentos y emociones de cada uno de sus clientes.

Finalmente Román dice que no existe ninguna diferencia entre “un artista que hace cuadros a otro que te puede hacer el mismo cuadro, pero en la piel”. “Si yo hubiese tenido la oportunidad de estudiarlo y haber tenido un maestro, con todo gusto lo hubiera hecho”.