Allan Mendieta / VOS TV

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Jacqueline Almanza, empoderando a las mujeres en el servicio delivery

Desde hace tres años labora en la plataforma Hugo, en donde al menos se ha encontrado con 12 colegas féminas


Celular 100% cargado, mochila al hombro, mascarilla y el tierno abrazo de sus hijos, son los alicientes perfectos para que Jacqueline Carolina Almanza Gómez, habitante de Managua, inicie su labor diaria como repartidora de la aplicación móvil Hugo, con la cual busca romper las brechas sociales que señalan que este trabajo es solo para hombres.

“Tuve que hacerles creer a los hombres que trabajaban a mi lado que yo era lesbiana, la intención era que no me molestarán, no quería piropos, no quería malas intenciones”, recordó Jacqueline.

Nunca ha sentido discriminación por parte de los clientes y compañeros de trabajo, todo lo contrario, la admiran por trabajar en un área tan pesada; reconoce que una vez experimentó acoso de parte de un cliente.

“Un escenario terrible, recuerdo que un cliente en una residencial que prefiero omitir el nombre me encerró en su casa, quedé en shock porque esa persona la vi hasta en silla de ruedas, fue sorpresa cuando se levantó”, rememoró.

Según Almanza, fue hasta que amenazó con llamar a la Policía Nacional que el individuo abrió su casa y la dejo partir.

Pero no es la única escena de peligro que le ha tocado vivir, pues recuerda que a eso de las 12 de la medianoche, en el Barrio René Shick, del distrito V de Managua, casi fue víctima de robo.

“Me salieron tres individuos que me agredieron, me pegaron una pedrada en el casco y otra en la espalda, casi me botan, a raíz de eso se implementó en la empresa algunos puntos rojos que ya a esa hora son de riesgos y ese barrio es uno de ellos”, afirmó Almanza.

La vida de Jacqueline nunca fue fácil y recuerda que durante 18 años vivió maltrato intrafamiliar de parte de su expareja, pero con valentía y tenacidad se hizo cargo de sus dos hijos de 20, 12 y 10 años.

Pese a ser administradora turística y hotelera, la ausencia de un trabajo fijo fue lo que hace tres años la impulsó a laboral en esta plataforma, para sacar adelante a sus hijos.

“Los tres están orgullosos de mí, me lo han expresado, porque con esfuerzo los he sacado adelante, mi hija hasta me dice ´mama quiero que me enseñes a andar en moto´, al inicio fue sorpresa, ahora soy un ejemplo a seguir para ellos”, indicó Almanza.

Lo que menos quería esta amante a las motocicletas era enamorarse nuevamente luego de lo vivido en su primera relación, pero fue en el mismo Hugo que se reencontró con el amor.

Se trata de Franklin Rivers Medina, con quien ya lleva 2 años de relación. “Fue el único que no creyó el cuento que yo era lesbiana”, dice riéndose a carcajadas Jacqueline.

Esta mujer empoderada del delivery, recuerda que su primer encuentro fue en la Rotonda La Virgen, cuando a su motocicleta le falló el sistema eléctrico a causa de un torrencial aguacero que había caído.

“Parece que se mojaron los chisperos de mi moto, ya eran como las 11 de la noche, entonces por medio de una amiga nos conocimos, él llegó y pues me rescato”, mencionó Almanza.

A la fecha, para Jacqueline sigue vigente en cada acción aquella frase aprendida ese día y pronunciada no solo por su pareja actual, sino por varios compañeros del delivery, “donde hay Hugos no mueren Hugos”, agregó sonriente.

“Incluso aunque no andemos trabajando si él ve un motorizado en aprietos, se detiene y pregunta en que puede ayudar, es la misma actitud de querer colaborar que tuvo conmigo”.

Esta madre de 39 años reconoce que la alta peligrosidad en Managua, es sinónimo de temor diario para ella, pero ha detectado puntos rojos por inseguridad a determinadas horas; sin embargo, el riesgo no es impedimento de seguir cargando el estandarte de ir empoderando a las mujeres en el servicio de delivery.

A la fecha, las empresas del servicio delivery en Nicaragua no revelan cifras oficiales de cuantas mujeres laboran de esta forma, pero según Jacqueline, al menos son 12 con las que se ha encontrado recorriendo las calles de la capital.